Muere un español de 19 años arrollado por un tren en Londres

x. f. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ZUMA | DPA

El joven Alberto Fresneda, hijo del corresponsal de «El Mundo» en la capital británica, falleció junto a otros dos chicos mientras hacían grafitis cerca de la estación de Loughborough Junction

20 jun 2018 . Actualizado a las 13:57 h.

Tres jóvenes perdieron la vida en la madrugada del domingo al lunes en el sur de Londres cuando fueron arrollados por un tren. Las tres víctimas mortales eran grafiteros que fueron sorprendidos en un tramo de vía donde no hay posibilidades de refugiarse o apartarse en caso de encontrarse con un convoy en movimiento. Uno de ellos, Alberto Fresneda Carrasco, era hijo de Carlos Fresneda, corresponsal de El Mundo en la capital británica. Tenía 19 años y tenía previsto estudiar diseño gráfico en el London College of Communications tras el verano. La policía informó de su muerte a su familia el lunes por la tarde. Lo último que habían sabido de él fue un mensaje a las diez de la noche en el que le anunciaba a sus padres que tenía la intención de volver a casa para cenar. Con el paso de las horas sus padres comenzaron a inquietarse. Por la mañana supieron del accidente ferroviario, pero no lo relacionaron con la ausencia de su hijo.

Junto a Alberto Fresneda murieron Harrison Scott-Hood y Jack Gilbert, ambos de 23 años. Sus cuerpos fueron descubiertos a las 7.30 horas del lunes por un maquinista, que dio el aviso a la policía. La zona donde se hallaron los cadáveres, Loughborough Junction, es frecuentada por grafiteros. La escena local, cuyos orígenes se remontan a la década de los ochenta, ha experimentado un resurgir reciente, espoleada por el uso de redes sociales, especialmente Instagram.

Scott-Hood estudiaba Bellas Artes y destacaba por su habilidad en el dibujo, al igual que Alberto Fresneda, una pasión que cultivaba desde pequeño. Nacido en Nueva York, tenía la doble nacionalidad española y estadounidense, aunque sentía que su casa era «el norte de Londres», según sus padres. Llegó a la ciudad en el 2011 justo antes de los Juegos Olímpicos. «De niño jugó al fútbol en un equipo local y tenía su corazón dividido entre el Everton y el Sevilla», explicó su familia en un comunicado familiar emitido ayer. Además de su pasión por el arte y el diseño, en los últimos años había mostrado interés por el mundo de la moda y llegó a idear una marca de ropa con sus propios diseños. Tenía un hermano mayor y otro menor.

«Alberto había salido de casa a las cinco de la tarde y su último mensaje fue a las diez de la noche ese día, anunciando su intención de volver a cenar a casa», indica su familia en un comunicado, que recoge Efe.

«Desde primera hora supimos del accidente en el que habían muerto 'tres hombres' en Brixton, pero al principio no establecimos la relación», agregan sus familiares, que lamentan el «profundo vacío que ha dejado» la pérdida y han demandado que se respete su privacidad «en estos momentos especialmente tristes».