Galicia entra en una nueva era geológica, el Antropoceno

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Ana Garcia

La huella humana en sedimentos vírgenes de tres rías así lo prueba

19 jun 2018 . Actualizado a las 15:55 h.

«Adiós Holoceno, bienvenido Antropoceno». Titulares como este fueron habituales hace dos años cuando un nutrido grupo de científicos presentó en el Congreso Geológico Internacional celebrado en Sudáfrica una propuesta para dar por concluida la actual era geológica y dar paso al Antropoceno, un período caracterizado por la radical transformación del planeta provocada por la actividad humana. Pero, oficialmente, aún estamos en el Holoceno. Hacen falta más pruebas científicas para dar el salto, evidencias que se están buscando en sedimentos de los lugares más diversos y recónditos del planeta. Solo si la huella humana se detecta a nivel global se podrá certificar el cambio de era.

En esta búsqueda se encuentran investigadores de todo el mundo. Y los gallegos también, aunque las primeras huellas del Antropoceno en Galicia han llegado de forma inesperada. Las acaba de encontrar en las rías de Ares, Betanzos y Cedeira un grupo del Instituto de Investigacións Mariñas (CSIC), de la Universidade de Vigo y Oporto, del Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera y del Laboratorio de Radiaciones Ionizantes de la Universidad de Salamanca. En realidad habían puesto sus ojos en las tres rías porque creían que eran impolutas y lo que querían era identificar una referencia natural que sirviera como baremo para medir la contaminación en comparación con otros espacios que sí están degradados. Sin embargo, lo que hallaron tras el análisis de los sedimentos, elegidos de zonas internas en los que no existía ninguna alteración, fueron indicios de la actividad humana, ya presente desde mediados del pasado siglo. Es la evidencia de que el Antropoceno ya ha entrado en Galicia.

CSIC

«Esperábamos encontrar una huella natural no alterada por el hombre, pero lo que detectamos fue la influencia humana en las tres rías. Fue una sorpresa», destaca Ricardo Prego, el investigador principal de un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y cuyos resultados se han publicado en revistas científicas como Estuarine, Coastal and Shelf Science

Los sedimentos se recogieron en testigos a distintas profundidades y de cada una de ellas se estableció una datación en laboratorio. «Lo que observamos -indica Prego- es que hay una fecha a partir de la cual se halla una huella antropogénica, que es a partir de la guerra civil española. En sitios donde no deberían existir trazas de la actividad humana, aparecieron». Prego precisa, sin embargo, que este hallazgo no significa que las tres rías estén contaminadas, ya que son de las mejor conservadas.

En Ares, el principal impacto antropogénico surge con la construcción de los embalses en el río Eume. Solo las partículas más finas llegaron a la ría, pero el flujo de metales se duplicó. En la de Betanzos se observa el impacto de la construcción del puente del Pedrido, el aumento del tráfico rodado y una creciente urbanización. La tasa de sedimentación se cuadriplicó en este caso. En la de Cedeira solo se identificó materia orgánica de la industria maderera.