Una calle libre de humos, la nueva cruzada para luchar contra el tabaco

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

Tras prohibirlo en los parques, los médicos instan a no consumirlo en la vía pública

15 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A orillas del mar Caspio, entre Irán, Afganistán y Uzbekistán, está Turkmenistán. Hace más de dos años que está totalmente prohibido fumar en este país de Asia occidental. Entre esa radical medida y no poder hacerlo en el trabajo, los bares o restaurantes, los parques o el entorno de los hospitales, como marca la norma que regula el consumo de tabaco en España, todavía hay un largo camino por recorrer. Pero los médicos ya se han marcado un nuevo objetivo en la cruzada contra una sustancia que, pese a los avances logrados en los últimos años, aún tiene una prevalencia de entre el 24 % y el 25 % en el conjunto del Estado. Es prohibirlo en la vía pública como ya han hecho ciudades como Tokio o Nairobi, donde hay espacios marcados en las calles para que los fumadores puedan echar su pitillo.

«En los países más desarrollados se han tomado medidas en esa línea como, por ejemplo, no fumar en campos de fútbol o en edificios. Es el caso de Nueva York, donde hay comunidades que han acordado no fumar dentro de la propiedad. Lo que ocurre es que hay que consolidar primero otro tipo de asuntos como el respeto a la actual norma sobre el tabaco, porque muchas de las terrazas que hay en las cafeterías están montadas para saltársela», explica el catedrático y director asistencial de la Unidad de Tabaquismo y Trastornos Adictivos de la Facultade de Psicología de la Universidade de Santiago, Elisardo Becoña, quien está estos días en la Conferencia Internacional sobre el Control del Tabaco, que se celebra en Madrid. A su juicio, «no va a ser inviable implantar ese tipo de medidas porque la prevalencia del consumo va a ir bajando. Cuando lleguemos al 15 % podremos tomar medidas. El objetivo no es caprichoso, porque son medidas muy eficaces. Lo que hace diez años era impensable, ahora es una realidad. Además, la tendencia es caminar hacia una vida con hábitos saludables».

Vetarlo en los coches

Paso a paso es como también cree que hay que ir la neumóloga y miembro de la Sociedad Española de Patología Respiratoria Pilar de Lucas, que insta a las autoridades a que hagan cumplir la ley de forma estricta, además de urgir la habilitación de nuevas áreas de prohibición como los coches o los espacios al aire libre donde haya una concentración de personas que puedan verse afectadas por el humo, como las terrazas o los estadios. En este sentido, apunta que «está claro que no se puede fumar en las terrazas, hay montones de lugares en los que no se debería hacer. Lo ideal sería ir restringiendo de manera estricta todos los lugares al aire libre donde haya personas no fumadoras. Luego nos quedarían aquellos que van con el cigarro encendido por la calle. A título personal también lo prohibiría, pero antes de llegar hay que cumplir la norma en menores, centros públicos, terrazas, abiertas o no, instalaciones deportivas, cerca de hospitales...».

La cruzada no es gratuita, porque los efectos del tabaco sobre la salud son «terribles», como apunta el médico de familia y miembro del Grupo de Atención al Tabaquismo de la Sociedad Catalana de Medicina de Familia, José Luis Ballbé Moreno. Es partidario de prohibir fumar en los coches, como recomiendan tanto la Organización Médica colegial como el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, o en las casas donde hay niños, porque los estudios que han realizado al analizar el cabello de hijos de padres fumadores muestran que «un 22 % tienen la misma tasa de nicotina que un fumador. Solo un 25 % realmente no estaban expuestos al tabaco», dice.

Los efectos

Además, advierte de las graves consecuencias que el tabaco tiene sobre los fumadores pasivos: «No cabe duda de que una consecuencia clara son las enfermedades cardiovasculares. Cualquier ley antitabaco un poco restrictiva logra reducir entre un 10 % y un 12 % la incidencia de infartos de miocardio durante el primer año. (...) Es la primera causa de muerte súbita del lactante. Causa bronquitis, otitis, neumonía...». Por eso, no deja de repetir que no debería de fumarse en las casas donde hay niños, ni cuando ellos no están.

Expertos de todo el mundo dicen en Madrid que su comercialización atenta contra los derechos humanos

La comercialización del tabaco por parte de las empresas tabacaleras no solo es incompatible con el derecho a la salud, ya que mata a site millones de personas cada año en el mundo (52.000 en España), sino que supone una violación de los derechos humanos reconocidos en numerosos tratados internacionales.

En esa idea coinciden los más de 400 ponentes de 44 países, entre ellos los principales expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la dirección de salud de la Comisión Europea, que participan en la conferencia que se celebra en Madrid, considerado el mayor cónclave científico sobre tabaquismo.

Desde ayer y hasta mañana, los expertos internacionales debatirán sobre las últimas estrategias e iniciativas de carácter científico para combatir el tabaco. Además, confían en suscribir una declaración que establezca que la venta y comercialización de cigarrillos viola los derechos humanos debido al daño que causa. En este sentido, el director ejecutivo de Action on Smoking and Health, Laurent Hubert, que agrupa a 350 organizaciones no gubernamentales de cien países, apunto que esa vulneración es «completamente prevenible». Este experto ha advertido que España debe aplicar las medidas acordadas para frenar el consumo de tabaco para «no quedar atrás».

Por su parte, el doctor Francisco Rodríguez Delgado, presidente de la Red Europea para la Prevención del Tabaquismo, apuntó que «hacerlo peor» que el anterior Ejecutivo «es muy difícil» e incidió en las «terribles presiones» de la industria, tanto a nivel nacional como de la UE.

En este sentido, reconoció que en España hay una comunidad autónoma, Extremadura, que vive del tabaco, pero, a su juicio, los políticos deberían empezar ya a buscar cultivos alternativos, ya que las subvenciones europeas «están trasnochadas» y «se van a acabar».