La guerra contra el azúcar pierde una batalla

La Voz

SOCIEDAD

ALBERTO LÓPEZ

Aunque sus recomendaciones sobre la reducción del consumo de azúcar son constantes, los expertos que asesoran a la OMS no se ponen de acuerdo a la hora de subir los impuestos a las bebidas azucaradas

02 jun 2018 . Actualizado a las 09:27 h.

Los expertos de la OMS, la organización que en teoría se encarga de velar por nuestra salud, no se ponen de acuerdo a la hora de recomendar un aumento de impuesto a las bebidas azucaradas, uno de los grandes demonios de la alimentación sana. Pese al fracaso de la reunión mantenida este viernes, aseguran que seguirán adelante en la lucha contra la obesidad infantil y la diabetes. Consideran que, al igual que ocurre con el tabaco, un mayor gravamen a estos productos puede ayudar a reducir su consumo. Sobre la  posible influencia de la potente industria azucarera en esta decisión, los miembros del comité de expertos aseguran que ésta no ha tenido nada que ver. 

Sea como sea, el efecto desalentador de la guerra contra el azúcar a base de impuestos está rodeado de controversia. Así, mientras que el organismo de la ONU defiende su utilidad, la realidad pinta a veces otro paisaje. Dinamarca fue el primero en implantar tasas. Corría el año 2011. ¿Consecuencia?: nuestros vecinos del norte empezaron a hacer la compra en países limítrofes. Dos años después, el impuesto fue eliminado. También México le declaró la guerra a este edulcorante maldito. En 2013, el gobierno mexicano -es el país del mundo que más refrescos per cápita consume- introdujo un nuevo gravamen que se extendió además a todas aquellas comidas con altos niveles de calorías y azúcar. Según cifras oficiales, el consumo de estos productos apenas se ha reducido un 6%

Francia, Hungría, Italia o Reino Unido implantaron o planean implantar medidas similares. En España la guerra contra el azúcar va por parroquias, o mejor dicho, por comunidades. Aunque se planteó aprobar el impuesto a nivel nacional, nunca pasó la votación en el Congreso. Sin embargo, Cataluña sí aprobó una tasa específica. Desde marzo, el precio de las bebidas azucaradas ha subido hasta un 50%, lo que ha supuesto la entrada de 31 millones extra en las arcas públicas. En Andalucía la batalla se libra de otro modo: prohibiendo la venta de productos que contengan más de 200 calorías en los centros escolares, y obligando a los restaurantes a ofrecer agua gratis y a incorporar un menú saludable entre su oferta. Lo que sí ha hecho el ejecutivo central ha sido pactar con la industria alimentaria una reducción de los niveles de azúcar, sal y grasas de hasta un 10% en 3.500 productos.

¿Y qué dicen los fabricantes? Las empresas productoras de bebidas azucaradas mantienen que los impuestos tienen más que ver con un afán recaudatorio que con un impacto real sobre el consumo. La Asociación de Bebidas Refrescantes de España asegura que «desde hace tiempo se viene impulsando la reducción del contenido en azúcar, a razón de un 23% en la última década». Consideran que los impuestos no sirven ni para resolver problemas de salud ni para cambiar hábitos de consumo.

Calorías vacías

La OMS aconseja una ingesta de azúcares libres por debajo del 5% del total de calorías consumidas cada día, el equivalente a menos de 250 mililitros de bebidas azucaradas. Para un adulto que consuma aproximadamente unas dos mil calorías, eso serían 25 gramos o 6 cucharillas de azúcar. «Nutricionalmente, la gente no necesita ningún tipo de azúcar en su dieta», asegura Francesco Branca, director del departamento de Nutrición. 

Según un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition, las personas que consumen más de cinco vasos por semana de bebidas azucaradas y endulzadas presentan, respectivamente, un 43% y un 74% más riesgo de desarrollar síndrome metabólico que aquellos que toman menos de un vaso a la semana. En el caso de las bebidas azucaradas, el consumo frecuente de más de cinco vasos a la semana incrementa un 9% el riesgo de tener hipertensión y también de presentar niveles bajos de colesterol HDL (el llamado colesterol "bueno"). En cuanto a las bebidas conocidas como "light" o "diet" y los zumos de fruta naturales, su consumo también se asoció a un mayor riesgo de tener obesidad abdominal.