Los accidentes provocados por la fabricación casera de este subproducto extraído de la planta del cáñamo y su alto contenido en THC han hecho saltar las alarmas
18 may 2018 . Actualizado a las 13:55 h.Más allá de que el incremento del autocultivo de marihuana haya valido de abono para hacer germinar el comercio de cannabis entre adolescentes, o los que no lo son tanto, las consecuencias de esta práctica van más allá. El pasado octubre, en La Rioja, tres jóvenes de entre 16 y 17 años sufrieron quemaduras de diferente gravedad después de que explotara la cocina de la vivienda en la que estaban. Los menores, que más tarde fueron detenidos, estaban extrayendo aceite de cannabis (honey oil) con gas butano. Esta peligrosa práctica había matado en julio a otra persona adulta en Murcia.
El problema, como advierte el profesor de la Universidade de Vigo, Manuel Isorna, es que el método y consumo de esta sustancia derivada del cannabis comienza a extenderse. El peligro de esta tendencia no solo está en las quemaduras que pueda producir al que está manipulando el material, sobre todo el gas, para realizar el proceso de obtención del aceite que resulta ilegal, también está en la alta concentración de tetrahidrocannabinol (THC) que tiene este «aceite de miel» obtenido a partir de los cogollos de la marihuana y que puede hacer que más de uno acabe en el hospital. Sobre todo cuando el aceite, que puede resultar más o menos pastoso, es utilizado para elaborar galletas o brownies con la intención de colocarse y cuando el que los prueba no está acostumbrado a los efectos de la droga.
¿Por qué es tan peligroso? Por la alta concentración de THC que presenta el aceite. Aunque la marihuana contiene más de 113 componentes químicos diferentes, este es el que tiene efectos psicoactivos. La selección de semillas que se ha ido realizando en los últimos años ha multiplicado las variedades en el mercado. Desde las plantas con alto contenido en CBD (no psicoactivo), que apenas tienen THC, usadas para elaborar productos para uso terapéutico, hasta las que han logrado multiplicar el contenido de THC.
Mientras un cogollo de marihuana puede concentrar dependiendo de la semilla hasta un 20 %, el aceite obtenido alcanza hasta un 90 %. Por tanto, no es lo mismo una galleta hecha con un par cogollos de marihuana, que un brownie que lleva el equivalente en peso a la hierba, pero en aceite. Además hay aceites que concentran CBD. Son los usados normalmente para uso terapéutico.
Los expertos reclaman incrementar la prevención a edades tempranas
Es una cuestión de pura lógica. Del mismo modo que el primer contacto con el cannabis se produce a edades cada vez más tempranas, también debería adelantarse la prevención para evitar las conductas de riesgo. Es lo que reclaman desde la Unidad de Psicología del Consumidor de la USC, donde advierten junto con incremento del consumo, un empeoramiento del patrón.
Como explica el profesor Antonio Rial Boubeta «hay un 25,4 % de jóvenes que probaron el cannabis durante el último año que presentan un consumo de alto riesgo. El porcentaje sube al 37, 5 % entre los que lo fumaron en el último mes. Esto es, añade, «que va más allá de darle cuatro caladas a un porro de vez en cuando». Por esa razón insta a no bajar la guardia en un tema muy preocupante. No hay que olvidar consecuencias como los trastornos psicóticos, el fracaso escolar o los problemas pulmonares que tiene su consumo.
«El peligroso cannabis sintético ya ha llegado a Galicia»
Todavía no están tan extendidas como en grandes ciudades como Barcelona o Madrid, pero en las unidades de atención que hay en la comunidad gallega han empezado a detectar consumos de cannabis sntético. Al menos es lo que punta el responsable de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA), Gerardo Flórez Menéndez, quien explica que estas drogas son cada vez más fuertes. Por tanto, más peligrosas.
Hace unos años comenzó a hablarse del K2. Pero esa es solo una de tantas sustancias que tratan de imitar de forma química el efecto del THC, pero no tienen nada que ver con el cannabis. Los que las fabrican, como explica un informe de Energy Control, las mezclan con hierbas. Además, van cambiando la formulación para escapar de la justicia, que a medida que las conoce las pasa al listado de ilegales.