La UE sigue la senda del «suicidio demográfico»

Cristina Porteiro
cristina porteiro CORRESPONSAL / BRUSELAS

SOCIEDAD

MICHAEL REYNOLDS | Efe

España es el país europeo que menos ayudas monetarias dedica a las familias, según el IPF

16 may 2018 . Actualizado a las 08:06 h.

Europa camina hacia su «suicidio demográfico». Es la alerta que lanzó este martes el Instituto de Política Familiar (IPF) en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas tras presentar un informe sobre la evolución de la familia en el bien llamado Viejo Continente.

Los jóvenes europeos no lo tienen nada fácil para poder tomar el relevo generacional y ser padres. A la inestabilidad y precariedad laboral se suman las paupérrimas ayudas que dedican los Gobiernos al fomento de la natalidad y la conciliación familiar. Quienes peor lo tienen son los españoles. «Somos el país que menos ayudas monetarias dedica a la familia con el 0,5 % del PIB», aseguran sus portavoces. En el conjunto de la UE solo se le dedica uno de cada 12 euros de gasto social.

Las loadas políticas económicas emprendidas por la UE en la última década, favorables a una mayor flexibilidad laboral, han dilapidado cualquier posibilidad de remontar el «invierno demográfico» en el que se ha adentrado Europa. Con uno de cada ocho contratos en la temporalidad y una de cada cuatro personas en riesgo de exclusión es muy difícil persuadir a las nuevas generaciones para que tengan hijos. El crecimiento natural de la UE en el 2016 fue negativo (un descenso de 15.854). El fenómeno migratorio es el único que salva los muebles. Gracias a la llegada de 1.2 millones de personas en el 2016, la UE logra mantener el equilibrio.

Los jóvenes tampoco se ven atraídos por la estructura de familia tradicional. Tienen motivaciones vitales diferentes que las de sus padres y cada vez posponen más la maternidad. Es el caso de las españolas y las italianas que no alumbran a su primer hijo hasta los 32 años de media. El progreso en el ámbito de la igualdad también ha cambiado patrones familiares. Si en los años 70 los matrimonios aguantaban a pesar de su disfuncionalidad, o bien por los obstáculos que encontraban las mujeres para ser económicamente independientes o porque el divorcio estaba prohibido, las nuevas parejas no esperan a celebrar las bodas de plata o de oro para decirse adiós. Según el informe del IPF el 38 % de los matrimonios se rompen antes de los 10 años y se estima que se firma un divorcio cada 33 segundos. Eso si se llegan a casar. El matrimonio ha perdido peso en el siglo XXI. No solo han caído los casamientos en un 37 % desde el 1975, sino que las mujeres apuestan por los nacimientos extramatrimoniales. Hasta 4 de cada 10 niños que nacen en Europa lo hacen sin el paraguas de esa «institución».

La natalidad en España se encuentra en una situación «crítica», según el IPF. Su índice es del 1,34. El panorama en el resto de Europa no es mucho mejor. Se estima que de aquí al 2050 el Continente será un «club de ancianos». Habrá dos jubilados por cada joven cotizando. Un reto para la sostenibilidad de las finanzas públicas y el sistema de pensiones. No es ningún secreto.