Los expertos piden valentía al Gobierno para que eleve el precio del alcohol

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Marcos Míguez

Escocia fija desde este mes un coste mínimo para reducir el consumo

03 may 2018 . Actualizado a las 11:02 h.

España es uno de los países de la UE en donde al alcohol es más barato. Solo en Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia y Polonia es más accesible a nivel económico. Dentro de la Unión, Finlandia tiene los precios más altos, pero aún está lejos de Islandia o Noruega, en donde para acceder a estos productos hay que rascarse, y mucho, el bolsillo.

Y la accesibilidad, y por lo tanto el coste, tiene una relación directa con el consumo. Por eso en Escocia entró en vigor este mes una ley aprobada en el 2012 por la que se impone un precio mínimo para el alcohol, por la que una botella de vino no podrá costar menos de 5,70 euros y una de whisky 15,90. España no parece que vaya a seguir esta estela, pese a que los expertos sí animan a las administraciones a ser valientes como lo ha sido la escocesa.

«Disminuir la accesibilidad aumentando el precio supone siempre un descenso del consumo». Víctor Pedreira, psiquiatra y exsubdirector xeral de Drodopendencias del Sergas, no tiene duda de la efectividad de esta medida, «cualquier tipo de limitación al acceso, sea física o económica, va a repercutir. Lógicamente esto debe combinarse con otras medidas educativas, de prevención y legislativas», explica. La apuesta de Escocia, por lo tanto, «es una medida muy valiente», ya que entran en juego los intereses económicos, «la cuestión es si deben prevalecer los intereses económicos o el social y de salud pública, y desgraciadamente la presión económica es muchas veces más fuerte», concluye.

Antonio Rial, profesor de psicología de la USC y autor de numerosas investigaciones sobre el consumo de alcohol y otras drogas, añade una paradoja que se da con este tipo de bebidas, «la carga fiscal no tiene nada que ver con la del tabaco, que es mucho más elevada». Deberían equipararse al alza, recuerda, ya que todos los especialistas en prevención ambiental abogan «por regular la accesibilidad, el coste y la publicidad, que son factores fundamentales», explica.

Experiencias de otros países avalan que elevando el precio del alcohol baja el consumo, tanto en menores como en adultos. Rial es partidario de incluirlos todos, ya que la principal bebida alcohólica en España durante la semana es la cerveza, «aunque en fin de semana se ve desplazada por los combinados». Rial afirma que una subida del precio del alcohol tendría efectos positivos tanto en menores como en adultos, «aquí existe una aceptación y evidentemente el alcohol debería ser más caro para limitar el acceso. Emborracharse en España sale muy muy barato».

Gravar por alcohol puro

Precisamente la comisión mixta Congreso-Senado entregó hace unas semanas el informe Menores sin alcohol, para que el Ministerio de Sanidad tome nota de cara a elaborar una ley estatal que reduzca el consumo en los adolescentes. Dentro de las medidas propuestas aparece la fiscalidad, pero no con propuestas contundentes. Sí se recomienda estudiar el modelo de países del entorno «para valorar su efectividad en lo que se refiere al incremento de precio de las bebidas con contenido alcohólico y su viabilidad de aplicación en el nuestro», así como revisar los impuestos para que se establezcan en función de la cantidad de alcohol puro de cada bebida. Los miembros de la comisión sugieren que las bebidas no alcohólicas sean más económicas para que los menores opten por ellas, y que parte de los impuestos sean finalistas, destinados al control de la oferta y a actividades preventivas.

El Sergas, por su parte, prefiere no valorar una posible subida de las bebidas alcohólicas y asegura que estará en coordinación con la norma que se dicte a nivel estatal. Desde Sanidade esgrimen que Galicia fue de las primeras comunidades en regular para reducir el consumo entre los menores.