Gomorra cambia de cara

María Signo ROMA

SOCIEDAD

El barrio donde se rodó la serie se despide de sus emblemáticos edificios

16 abr 2018 . Actualizado a las 11:08 h.

Scampia es uno delos barrios más tristemente famosos de Italia. Situado en el norte de Nápoles, y con la tasa de desocupados más alta de Italia (en torno al 61%), durante años ha sido conocido como «el supermercado de la droga» mientras la camorra imponía su ley. Nacido en los años 60-70 como símbolo del bum económico y con la intención de crear un modelo de arquitectura social, la realidad lo ha convertido en una zona degradada, aunque ahora muchos lo conozcan como set cinematográfico de Gomorra. Su símbolo son los enormes edificios de viviendas conocidos como Las Velas, que ahora tienen sus días contados ya que está programado su inminente abatimiento.

La construcción de Las Velas se remonta a 1962, cuando el arquitecto Franz Di Salvo proyectó este nuevo barrio siguiendo los principios de residencias sociales en boga en aquella época. Su intención era buena: los intrincados pasillos y los balcones tenían que recordar las callejuelas del centro de Nápoles, pero terminaron siendo el escondrijo ideal para trapicheros y camorristas que, a finales de los años 90 y principios de este siglo, se adueñaron del barrio e hicieron de él el campo de batalla de las guerras de bandas por el control del tráfico de droga y otros negocios criminales. La situación de degradación llegó a tal punto que entre 1997 y 2003 fueron abatidas tres de las siete construcciones iniciales del complejo. Poco a poco también los edificios restantes fueron abandonados por sus inquilinos y ocupados ilegalmente por otros mientras el ayuntamiento, su propietario, iba tapiando viviendas.

Un símbolo

Las enormes construcciones, conocidas popularmente por sus colores: verde, rojo y amarillo y celeste; se convirtieron en símbolo de delincuencia y del poder de la Camorra. Desde hace unos años el ayuntamiento de Nápoles está intentando recuperar Scampia y para ello ha programado el abatimiento de tres de las tres velas: la verde, que será la primera; la amarilla y la roja; mientras en la celeste se quiere realojar a algunas familias e instalar oficinas municipales. Un proyecto complicado, ya que en la torre verde, en medio de ratas, jeringuillas y amianto, aún viven 20 familias que tienen que ser realojadas, lo que no es fácil ya que en muchos casos ocupan las casas ilegalmente y no tienen derecho a viviendas sociales.

Pero no todos en Nápoles quieren acabar con Las Velas. Un grupo de arquitectos y académicos se declaran contrarios al proyecto del ayuntamiento y han organizando una recogida de firmas para frenar la demolición de lo que consideran un símbolo de un tipo de arquitectura cuya visión era la de la agregación social, empresa fallida en Scampia al no haberse creado las zonas comerciales y sociales que estaban programadas, pero que creen aún realizable.

Los esfuerzos de las autoridades por recuperar el barrio abarcan otros proyectos, financiados por fondos europeos. El más reciente ha sido la inauguración del estadio Antonio Landieri, dedicado al joven discapacitado que en 2004 fue víctima de la Camorra. Hecho con hierba sintética y diez mil neumáticos reciclados, será utilizado por los chavales del barrio que hasta ahora jugaban en un espacio de tierra. Además, desde 2010 la presencia de la policía ha crecido con la apertura de una comisaría en Las Velas que controla ahora el que hasta hace poco era territorio de la Camorra.