El plástico vertido al océano sirve de alimento a las bacterias

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Lo que ingieren es el carbono orgánico que se desprende del material

13 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Parece que ás bacterias gústalles o plástico». Poco podía imaginarse Xosé Antón Álvarez Salgado, del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo (IIM-CSIC), que llegaría a realizar esta información cuando inició el primer estudio sobre el impacto de los plásticos en los microbios marinos en colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y la Universidad de Viena. Pero ahora, con las conclusiones publicadas en la revista científica Nature Communications, la evidencia es abrumadora: no solo lo devoran, sino que estimulan su crecimiento. O, para ser exactos, lo que ingieren en realidad es el carbono orgánico que se desprende del material, tanto de las botellas como de las bolsas que flotan en el agua, como de los aditivos que se utilizan en su fabricación para darle mayor resistencia o elasticidad.

«Para nós foi sorprendente comprobar que as bacterias realmente se alimentaban de plástico e de que, por riba, fose algo positivo para elas ao estimular o seu crecemento», confiesa Álvarez Salgado.

«Teniendo en cuenta que cada año se vierten al océano hasta doce billones de toneladas de plástico, nuestros resultados sugieren que este plástico libera anualmente unas 26.000 toneladas métricas de carbono orgánico», apuntala Cristina Romera Castillo, la primera autora del trabajo.

Ante estas cifras, lo que parece seguro es que los bacilos marinos no van a pasar hambre. Y también que este proceso inesperado puede resultar algo positivo. «A priori -advierte Salgado- eu diría que non é malo. Desde o punto de vista da saúde dos océanos exerce un papel positivo, porque as bacterias están cumprindo coa súa función, que non é outra que reciclar ou rexenerar a materia orgánica que hai no mar».

Harán falta, sin embargo, nuevos estudios para determinar exactamente cuáles son los compuestos que se liberan de los plásticos flotantes y qué grupos de bacterias son las beneficiadas, ya que puede que haya otras que no lo sean tanto.

El estudio también comprobó que el crecimiento de las bacterias que se comen el plástico sometido a una mayor luz ultravioleta de la radiación solar es un 20 % más lento.