La amplia oferta de pasatiempos que La Voz ofrecerá a partir del domingo no solo son una estupenda alternativa para el entretenimiento, sino que también ayudan a mantener la mente activa, lo que ralentiza el envejecimiento cerebral y contribuye a prevenir la aparición del alzhéimer y trastornos neurodegenerativos.
12 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La actividad física mejora el corazón y ralentiza el envejecimientos. Pocas dudas existen ya en la sociedad de la estrecha y benéfica asociación entre el deporte y una vida saludable. Pero no solo hay que entrenar el cuerpo, sino también el cerebro, porque una mente activa retrasa el deterioro cognitivo y puede incluso suponer una protección frente al alzhéimer y otras demencias. Las estrategias para estimular las neuronas y las sinapsis cerebrales son múltiples, pero pocas tan útiles y entretenidas como la revista de pasatiempos Elemental, que La Voz ofrecerá gratuitamente todos los domingos en Galicia a partir del próximo. La oferta es amplia y variada: autodefinidos en castellano y gallego, sudokus, dameros, crucigramas, sopas de letras, laberintos, criptogramas, jeroglíficos, juegos matemáticos... Un auténtico festín para las neuronas.
«Este tipo de pasatiempos contribuyen a mantenerse mentalmente activo. Son el equivalente para el cerebro de lo que el ejercicio es para la salud cardiovascular», constata Javier Cudeiro, catedrático de Fisiología de la Universidade da Coruña y presidente de la Sociedad Española de Neurociencia.
Del beneficio de los pasatiempos para el cerebro tampoco tiene dudas el psicólogo clínico Manuel Lage. «Los ejercicios mentales evitan o ayudan a retrasar el envejecimiento cerebral prematuro. Igual que envejece el cuerpo, también lo hace la mente, por lo que al igual que se entrena el primero también debería entrenarse el cerebro», asegura. Pero ya no se trata solo de mantener el mayor tiempo posible las habilidades cognitivas, incluso a una edad avanzada, sino también de recuperar las perdidas. Es lo que ha demostrado el propio Lage en un estudio realizado con exalcohólicos que se ejercitaron con juegos como los Ocho errores o el Damero, publicados por La Voz.
Los pacientes empiezan a recuperar las habilidades cognitivas con la abstinencia. Es el paso previo y fundamental, pero este proceso puede verse acelerado con los juegos. «Comprobamos que con los Ocho errores mejoraban la capacidad de atención; con el damero entrenaban el lenguaje y la lectura del periódico les valía para activar la memoria. En genera vimos una recuperación de las tareas cognitivas que se habían deteriorado por el consumo del alcohol», apunta el psicólogo, quien considera muy interesante iniciativas como la revista que La Voz publicará todos los domingos.
A los participantes en la investigación también les resultó más cómodo realizar ejercicios con pasatiempos que los que se incluyen en los habituales programas de rehabilitación.
La utilización de pasatiempos como parte de las tareas que se llevan a cabo en los programas de recuperación de las habilidades cognitivas o en los planes de mantenimiento de la actividad cerebral para prevenir el alzhéimer, otras demencias y demás trastornos neurodegenerativos, tampoco es algo aislado. «Los mejores departamentos de neurología de los hospitales, en los que trabajan equipos multidisciplinares con psicólogos, psiquiatras y terapeutas, incluyen en sus programas de entrenamiento cognitivo este tipo de juegos», destaca Javier Cudeiro, que también es el director del Centro de Estimulación Cerebral de Galicia.
Cerebro activo
Los pasatiempos, si se practican en su amplia variedad, no solo ayudan a fijar la atención y la concentración de los usuarios, sino que también activan su memoria espacial y la episódica, la que permite recordar; mejora su capacidad de lenguaje y mismo su lógica y razonamiento.
De lo que se trata, en esencia, es de mantener el cerebro activo. Y precisamente esto es lo que se conseguirá con la nutrida oferta de juegos que ofrece La Voz. Es lo que explica gráficamente el neuropsicólogo José Antonio Portellano: «El cerebro es una carretera paradójica. Cuantos más coches pasan por una carretera, más se desgasta el asfalto, pero con el cerebro ocurre lo contrario: cuanto más se usa, más se activa».