Joaquín Potel: «Tecnología y humanismo no son incompatibles»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Agradecido por la medalla de oro y brillantes del Colegio Médico de A Coruña, este cirujano admite que la docencia y el hospital fueron «mis grandes amores»

05 abr 2018 . Actualizado a las 11:43 h.

El Colegio de Médicos de A Coruña decidió por unanimidad otorgar su medalla de oro y brillantes a Joaquín Potel Lesquereux (Caldas de Reis, 1937), uno de los cirujanos más destacados de Galicia, quien fue decano de la Facultad de Medicina, catedrático de cirugía, presidente de la Sociedad Española de esta especialidad y coautor de 23 libros, entre otros muchos méritos. Y además, un defensor del humanismo en la relación médico paciente.

-¿Qué supone esta distinción?

-Es muy agradable porque viene de los compañeros de profesión. Después de cincuenta años trabajando siempre en Galicia, que te reconozcan a nivel colegial es muy importante. Por otro lado, viendo la lista de personas que han recibido esta medalla antes, es un orgullo formar parte de este grupo.

-Docente, investigador, clínico, ¿qué faceta le atrapó más?

-Como profesor universitario debes estar pendiente de las tres, pero por vocación personal, por circunstancias históricas y por la especialidad en la que trabajo me siento mucho más atraído por la docencia y el trabajo en el hospital, son mis dos grandes amores. Dentro de la docencia te ves obligado, y lo haces encantado, a mantener esa preocupación por la investigación.

-¿Cómo se ve la medicina desde la barrera?

-Con un altísimo nivel en España y en Galicia concretamente. El esfuerzo de los últimos años ha sido tremendo, tanto en instalaciones como en capacidad profesional. Galicia está al nivel español, y decir esto es decir a nivel europeo. De hecho nuestros hospitales son una maravilla al lado de los de Francia e Inglaterra, en donde han rehabilitado y mantenido hospitales viejos.

-¿Cuáles han sido los grandes avances en cirugía?

-En mis primeros años en el Hospital General de Galicia en Santiago hicimos la primera diálisis artificial, la primera cirugía extracorpórea, la primera UCI... Mi generación vio cómo nacían todas estas cosas, algo impresionante. Más adelante llegó el primer trasplante hepático, e hice todo lo que pude para contratar a Evaristo Varo. En los últimos años el gran avance ha sido la cirugía laparoscópica, mínimamente invasiva.

-Hoy en día la tecnología es indudable, ¿y el humanismo?

-No tiene por qué ser incompatible la alta tecnología con el humanismo en el trato médico paciente. No tendría por qué ser más inhumano un médico que utiliza mucha tecnología. Pero probablemente, y sin querer, hoy en día el médico tiene tantas armas que puede ser que menosprecie elementos que durante muchos años fueron importantísimos en el ejercicio profesional. Cuando estás enfermo buscas el apoyo o la seguridad que no tienes, y parece que el profesional tiene la tentación de olvidar eso a expensas de tener más destreza en la parte tecnológica. Incluso los enfermos no exigen este aspecto a los médicos.