Letizia, «preocupada y desolada»

Martín Bastos

SOCIEDAD

ÁLEX LÓPEZ-BENITO / IAGO GARCÍA

Mientras la Casa Real guarda silencio sobre el choque de reinas en Palma, una amiga personal asegura que la escena de la polémica es «una reacción muy de madre»

05 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No me gustaría estar en estos momentos al otro lado de los muros de la Zarzuela. Imagino la tensión que se debe de respirar al comprobar cómo la foto de familia unida que se quiso mostrar en Palma de Mallorca -recordemos, el rey Juan Carlos se unió por sorpresa a la reunión familiar tras tres años de ausencia y recién llegado de Arabia Saudí- se volvió en contra pocas horas después por una grabación que, en apenas quince segundos, reproduce en bucle por todos los rincones del planeta la prueba gráfica de la mala relación entre Sofía y Letizia. La Casa Real guarda silencio sobre el rifirrafe entre las dos reinas, probablemente en un intento de aparentar normalidad mientras espera a que escampe. Al fin y al cabo, eso, el mutismo sobre los asuntos mundanos, ha sido siempre la norma en la institución. Lo excepcional es lo otro, que los líos domésticos se hagan visibles.

Pero la opinión de Letizia ha trascendido por boca de una de sus amigas íntimas, Imma Aguilar, periodista y consultora política a la que conoce desde los tiempos en que tenía nómina en CNN+. Ayer, Aguilar participó en un debate en Telemadrid justo después de hablar con la reina, por lo que tenía sus argumentos muy frescos. Aseguró que las imágenes que todo el mundo ha visto son «una reacción muy de madre» y dijo que Letizia está «preocupada y bastante desolada por la situación». «Es una tontería, no es un tema grave ni ha pasado nada; es un gesto natural», afirmó, defendiendo a la reina como alguien que no ha sido educada en los rígidos protocolos monárquicos, pero sí «es una persona muy comprometida con su trabajo, con su profesión, con el papel que desempeña y, como madre, con sus hijas».

Para la amiga de la reina, la polémica «tiene que ver con cierto clasismo» de una sociedad en la que ni monárquicos ni republicanos acaban de aceptarla. «Ella suele llevarse la peor parte cuando se analizan sus gestos desde el mismo día de su compromiso por no ser de sangre real», afirmó Aguilar, que señaló también que Letizia «es un blanco fácil» en todo este asunto, porque «como reina no puede hablar».

El impactante vídeo de Palma fue reproducido ayer por prensa de todo el mundo. El Daily Mail británico se hizo eco de los problemas en la monarquía española al hablar de «tensa escena» y de la «asombrosa grabación». El tabloide británico Daily Express mantenía ayer en su portada el vídeo con el titular «la reina Letizia aparta a su suegra de sus hijas». El argentino Clarín habló de «escándalo real» y el principal periódico de Italia, Corriere della Sera, señaló la «tensión entre la reina Letizia y la suegra Sofia». El Universal, de México, dio testimonio del «berrinche de Letizia» en su sección de espectáculos.

En España, el análisis minucioso de las imágenes llevó ayer a otro momento posterior al encontronazo en la puerta de la catedral. La escena se produce ya fuera del templo, justo antes del posado oficial. La reina Sofía hace una nueva aproximación a la princesa de Asturias y le da un beso en la frente, que es limpiada con rapidez por Letizia. Esto dio nuevos argumentos a quienes defienden que la reina regente quiere apartar a la emérita de sus princesas. En este caso, también es posible que Sofía haya dejado sin querer una marca de carmín en la cara de Leonor y su madre simplemente la haya limpiado con discreción.

Con todo este alboroto, las revistas del corazón salieron ayer ya resesas con imágenes de lo que se suponía que era una cumbre balear de paz y armonía. En mal momento llega ¡Hola! titulando «Leonor comienza una nueva etapa» después del manotazo que todo el mundo ha podido ver. Según la revista, la «princesa adolescente» ya se maquilla sutilmente los ojos con sombra y eyeliner, mientras sus padres preparan, probablemente para este año, su presentación oficial en el principado de Asturias, «su reino». Otra revelación es el destino de las vacaciones de semana santa de la familia real: dos días de esquí y el domingo, a Mallorca. Un lugar que a Letizia nunca le ha dado buenas vibraciones.