Uno de cada diez gallegos es favorable a las campañas contra la vacunación

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

La encuesta de Sondaxe enciende las alarmas: los médicos reclaman campañas de información

01 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sitúese en la vecina Portugal. Más concretamente en el norte del país, donde un brote de sarampión está afectando a decenas de personas. Piense ahora en Rumanía, donde el virus infectó el pasado año a otras 10.623 y causó 19 muertes; o en Italia, donde se contabilizaron casi 5.000 casos y cuatro fallecidos. O incluso en la moderna Francia, donde las autoridades sanitarias acaban de decretar la alarma por la enfermedad. Imagínese ahora un escenario mucho más terrible en España, o mismo en Galicia, con miles de personas contagiadas y centenares de muertes, puede que incluso más. Una mal sueño. Pero sepa que esta pesadilla podría convertirse en realidad si el 11,7 % de los gallegos que se muestran a favor de las personas que hacen campaña contra la vacunación deciden dar un paso más y dejan de proteger a sus hijos con la opción terapéutica más eficaz y segura que existe. ¿Por qué? Porque se perdería lo que los especialistas denominan como inmunidad de rebaño o de grupo, la que sirve de defensa a una población frente a los virus por la simple razón de que existe un porcentaje muy elevado de personas vacunadas. Si el nivel actual de tratamiento de, por ejemplo el sarampión, se reduce por debajo del 95 %, la protección colectiva se empezará a quebrar. Y un escaso 84 % de la población vacunada dispararía todas las alarmas. El temor se haría realidad.

Los resultados de la encuesta de Sondaxe ofrecen una «situación muy preocupante», a juicio de Federico Martinón Torres, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinador de la unidad de investigación en vacunas. Que un 11,7 % de los gallegos estén de acuerdo con las campañas antivacunas es un dato desalentador, como también lo es el hecho de que un 10,6 % de los sondeados no tengan opinión sobre una cuestión en la que les va la vida en ello, o la de sus hijos, o que el 18 % de los consultados asegure que tiene algún conocido que rechaza esta medicina. Que un 75,3 % de los gallegos rechace a los antivacunas puede parecer un porcentaje importante, pero en este caso no lo es. Es muy insuficiente. Denota un inquietante cambio de mentalidad de la sociedad ante una de las grandes conquistas de la ciencia que cada año salva dos millones de vidas en todo el mundo y que es uno de los grandes logros en la historia de la medicina. «Si la opinión de ese 11 % se transforma en una acción directa que implique dejar de vacunarse sería algo terrible, porque empezarían a reaparecer enfermedades olvidadas, y una de ellas es el sarampión», destaca Martinón Torres.

Ya no cabe contemplar la situación desde la barrera. Las alarmas se han disparado y es necesario actuar de inmediato. Es lo que exige Martinón. «Tenemos -advierte- muchos países, incluso algunos muy cercanos, que nos están dando avisos. No podemos esperar a que el problema se nos venga encima y que empecemos a discutir las medidas con los cadáveres encima de la mesa, hay que hacer ya campañas de educación y concienciación a todos los niveles, en la escuela, en la sanidad, en todos los ámbitos de la sociedad».

Los antivacunas, frente a lo que pueda parecer, encuentran su caldo de cultivo en personas formadas, que viven en las ciudades y con recursos económicos. Pero el perfil en Galicia, a juzgar por los datos de Sondaxe, es justo el contrario. Las personas que viven en poblaciones pequeñas y con pocos estudios son las más comprensivas con los antivacunas.