Jorgelina, la gallega que cantó un tango para Stephen Hawking

m.? hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

SOCIEDAD

Natural de Argentina pero afincada en Caldas, actuó en el 2008 en una cena en honor del físico celebrada en Santiago

21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Jorgelina Piana es de estas personas que van dejando trocitos de corazón allí por donde pasan. Natural de Buenos Aires y afincada desde hace años en Caldas de Reis, a su cálido acento argentino le suma un carácter tan alegre como sensible. Basta decir que, aunque en su tierra natal tenía un puesto acomodado en un banco, hizo las maletas hacia España a contrarreloj cuando apareció el corralito.

Y es, aunque ella seguía teniendo un empleo bien pagado al que acudir, no era capaz de mirar a la cara a las personas a las que antes cobraba recibos o pagado sus pensiones y, de buenas a primeras, decirles que no podía darle ni un solo céntimo de sus ahorros. Así que puso tierra de por medio de forma fulminante. Eso sí, dejando parte de su corazón en la tierra de la plata. Ese mismo órgano perdió otro trocito una noche del año 2008. Jorgelina Piana fue una de las artistas escogidas para poner voz a un tango en una cena en honor del físico Stephen Hawking en Santiago. La muerte de este hombre ha hecho que Jorgelina recuerde aquella cita como si hubiese sido ayer mismo: «Fue emocionante. Era una persona que aparentaba tan frágil físicamente y que luego transmitía tanta fortaleza... Y era un gran amante del tango, le encantaba».

Jorgelina, que fue llamada para la actuación por el músico Juan Carlos Cambas, que la acompañó al piano -también actuaron el cantor Sergio Veloso y los bailarines Carina Lucca y Leonardo Mosqueda-, cantó para el prestigioso físico un tango llamado Uno. No es una canción cualquiera. En su letra, como en la vida de Hawking, hay mucho de lucha: «Uno busca lleno de esperanza el camino que los sueños prometieron a sus ansias / sabe que la lucha es cruel y es mucha pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina», salió esa noche de la garganta de Jorgelina.

Dice la cantante que el físico le pareció una persona optimista y con sentido del humor. Como anécdota cuenta lo que pasó con una fotografía: «Pidió hacerse una foto con los artistas, pero dijo que solo quería quitársela con las chicas. Era una broma, luego hubo fotos con todos».

Jorgelina, que entonces llevó con ella a su bebé de tres meses para amamantarlo en cuanto dejase de actuar, dice que aquella noche cantó emocionada con el mundo. Podría pensarse que es lo lógico teniendo en cuenta que lo hacía ante todo un genio. Pero, en realidad, lo mejor es que Jorgelina es capaz de cantar así, soltando trocitos de corazón, allí donde va. Dice que no le sale hacerlo de otra manera. Además, no puede fallarle a Sebastián Piana, abuelo de su marido y célebre compositor argentino ya fallecido. Él le dijo una vez que lo que distingue a una buena cantante es que cante con el corazón. Y en eso está Jorgelina Piana.