Primavera benévola para los alérgicos

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

XOÁN A. SOLER

Los alergólogos prevén una concentración leve de polen, por lo que el riesgo será menor

20 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La primavera será benévola para los alérgicos gallegos. Al menos es la previsión anunciada ayer por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), que prevé que la concentración de polen sea menor de 4.000 gramos por metro cúbico, con diferencias entre la costa, donde rondará los 1.000, y Ourense, donde puede acercarse a los 3.000, lo que significa que el riesgo de alergias será leve. La sequía invernal, al igual que ocurrió el año anterior, es lo que favorece, por ejemplo, que la densidad de gramíneas sea menor.

Pero conviene no bajar la guardia. Y no debe hacerse porque Galicia presenta múltiples características propias que pueden hacer variar el pronóstico. «En teoría el riesgo es bajo, por lo que se esperan menos síntomas y las molestias serán moderadas, aunque aquí, a diferencia de en la Meseta, dependemos mucho del tiempo que pueda hacer en cada momento y del tipo de polen», explica Antonio Parra, jefe de Alergología del Chuac de A Coruña y miembro de Seaic. Aún hay más variables. La temporada de gramíneas, que en el interior de España se extiende del 15 de mayo al 15 de junio, en Galicia se prolonga hasta bien entrado el verano, e incluso persiste hasta el mes de agosto. También existe una mayor variedad de pólenes que en otras zonas. Los gallegos no solo están expuestos a los gránulos de las plantas herbáceas, sino también a los del abedul, cuyo pico se sitúa entre abril y mayo, y a los de la parietaria, una planta trepadora propia de ambientes mediterráneos, pero que se ha adaptado al noroeste. Su capacidad alergénica es muy alta y su incidencia se extiende desde el verano hasta noviembre. Tampoco se puede obviar que los alérgicos de Pontevedra y Ourense pueden verse afectados por el polen del olivo.

Pero el verdadero hecho diferencial es otro. Mientras que en el resto de España y en el resto de los países la principal causa más importante de alergias son las gramíneas, en Galicia el principal enemigo es muy distinto: son los ácaros del polvo. «El 80 % de las personas que vienen a la consulta son por ácaros, lo que se explica por la gran humedad que existe aquí», apunta Parra.

En un contexto más general, el efecto combinado de la contaminación atmosférica y del cambio climático ha provocado que en los últimos años se haya duplicado el número de alérgicos al polen en España.