La tendencia a usar cepillos de madera o dentífricos en polvo para no contaminar empieza a despegar en tiendas gallegas
12 mar 2018 . Actualizado a las 13:06 h.Se pueden ver colocados al lado de las brochas y navajas de afeitar de estilo retro. Esa ubicación indica algo: están de moda. Se trata de productos tan poco usuales para la mayoría como la pasta de dientes en polvo y en tarro de cristal, o los cepillos de dientes de madera con cerdas de fibra de bambú. «La gente empezó a demandar cosas así y las incorporamos al negocio. Están funcionando muy bien y vemos que es algo que va a más», explica Almudena Sarrión, responsable de la Droguería Villar en A Coruña.
Tras ese mostrador ha detectado la llegada de una segunda fase en la venta de productos ecológicos. Si hace unos años la gente demandaba champús elaborados con las materias primas más naturales posibles, ahora se busca que ni los envases ni los utensilios que se usan para aplicarlos dejen rastro contaminante. «La tendencia es comprar cosas que generen cero residuos», indica Almudena. En Santiago ocurre lo mismo. Ana Porto, que lleva la tienda Maravalla de Santiago, lo confirma: «A xente ten moito interese en que o que merca sexa algo biodegradable».
Sí, la conciencia ecológica se ha subrayado en muchos consumidores gallegos. Lo plasman en su higiene, aunque tengan que gastar más. «Un bote de bastóns de algodón de bambú con cen unidades custa 3,30 euros e un cepillo de madeira, 5,50 euros», señala Ana. En un supermercado se pueden encontrar paquetes de 200 bastoncillos de plástico por 0,55. Y cepillos por un euro. «Estos produtos teñen un custo para o consumidor que os merca, pero o seu custo ecolóxico é cero. Iso cada vez importa máis á xente cando consume», razona.
Desde Ourense funciona Galicia Orixinal, una tienda on-line especializada en productos gallegos. Han percibido un notable incremento en una de sus referencias más singulares: el jabón biológico hecho con leche de burra. «Cada vez o piden máis», asegura Paco Paz, su gerente. No es barato. Cuesta seis euros cada pastilla. Se podría enmarcar en esa fase anterior, en el ecologismo se centra fundamentalmente en el producto mismo, no tanto en su envoltorio.
Comercialmente se denomina Xabón D´Allariz, al fabricarse allí por la Asociación para la Defensa, Recuperación y Estudio Terapéutico de la Especie Asnal (Andrea). «Hacer el jabón es una rama más de nuestro trabajo. Percibo algo de interés en el tema ecológico, pero no creo que sea así para la mayoría», opina Elsa Pérez, que se encarga de la comercialización de los jabones. «Sería, en todo caso, una tendencia minoritaria», matiza.
Un futuro biodegradable
Este año Baleares ha decidido aprobar una serie de medidas para poner freno a la contaminación. Entre ellas se incluye la prohibición de bastoncillos para los oídos de plástico y las cuchillas de afeitar de un solo uso. «Esa filosofía está calando en la gente. Del mismo modo que evita estar expuesto a químicos en el maquillaje o los champús, pretende que no se generen residuos», reflexiona la responsable del comercio coruñés.
Este es el motivo de que productos que en su momento supusieron un notable avance como los pañales desechables o los discos desmaquillantes de un único uso, empiecen a tener ya sus detractores. «Véndense salvaslips de algodón ecolóxico», apunta Ana Porto. «También discos desmaquillantes reutilizables», añade Almudena. Y, por supuesto, se empieza a demandar la venta a granel. «Tanto o champú como o deterxente xa o piden así en moitas ocasións», ratifica Ana.
Por lo general, quien se sube a este tren con conciencia medioambiental ya no vuelve a mirar atrás. Todo lo contrario: aspira a nuevas estaciones, como el hazlo tú mismo y la producción doméstica. En el escaparate de la Droguería Villar se pueden ver, al lado de las pastillas de jabón Lagarto, todo tipo de productos para elaborar champús caseros. «A la gente le gusta hacer su propio champú con aceites buenos, como el de coco. También aumenta la venta de sosa para elaborar jabón en casa».
«El futuro va por ahí -augura Sarrión-. Cada vez habrá más gente comprando a granel, demandando envases reutilizables y apostando por el producto de cercanía, porque también apostando por lo que hay al lado de tu casa se contamina menos».