Un padre y su hijo bajaron 45 kilos gracias a jugar a cazar Pokémon

Álvaro Alonso Filgueira
ÁLVARO ALONSO FERROL / LA VOZ

SOCIEDAD

José Pardo

Mejoraron la diabetes y una pancreatitis gracias a la práctica. La madre ahora fuma mucho menos

11 mar 2018 . Actualizado a las 18:03 h.

Lanzaron tantos cebos a los bichos de su smartphone que al final fue el móvil el que se acabó convirtiendo en un cebo para ellos. Y en el buen sentido. Para un padre y un hijo de Neda, ambos Rafael Victoria, la aplicación Pokémon GO ha supuesto un cambio en sus vidas. En el conocido videojuego, que todavía sigue en boga, encontraron una solución a sus problemas de salud. Sin intención de que esto ocurriera, han caminado cientos de kilómetros, con el teléfono en la mano, y meses después de haber empezado la aventura son personas nuevas.

El primero en instalar la aplicación, el 29 de agosto del 2016, fue Rafael hijo, que en ese momento pesaba 105 kilos. Su padre, con 110 kilos entonces, se fijó en el juego y empezó el 3 de septiembre de ese año. El progenitor sufre una diabetes desde hace 21 años, que trata con pastillas, pero que se le estaba complicando por los aumentos de peso. Sin embargo, desde que el Pokémon se metió en su bolsillo, todo empezó a cambiar. «Sabía que tenía que pasear, pero no lo hice de verdad hasta que empecé a jugar», cuenta. Lo que para encontrar alguno al principio era dar una vuelta, se acabó convirtiendo en un largo paseo.

Rafael padre, de 58 años, pesa en este momento 90 kilos. Es decir, en año y medio bajó 20, con lo que eso cuesta a veces intentándolo de otra manera. «Me noto muchísimo más ágil que antes y la diabetes se me regula mucho mejor, porque quemo más calorías», expresa. Lo dice orgulloso, al igual que lo estuvo su endocrino del hospital Arquitecto Marcide, asegura, cuando conoció su mejoría. Su ocupación es de fresador en el astillero de Navantia Ferrol -donde comenta que al menos un par más están enganchados- y aprovecha para caminar cuando sale por las tardes. En total lleva unos 900 kilómetros. Lo suele hacer en familia, acompañado de su hijo y de su mujer, y a veces de su hija e incluso de sus nietos. A nadie le falta el juego en el móvil.

El pequeño de los Rafael Victoria, de 32 años, pesa ahora 80 kilos, por lo tanto, 25 menos que antes de la aplicación. A él también le influyó para bajar tener una pancreatitis de la que, no obstante, ha mejorado sobremanera con el Pokémon. «A partir de la operación me aconsejaron caminar más y desde entonces lo hago casi todos los días», cuenta. Además, la intervención le provocó gases y le aminoraron. En su caso, cuadriplica a su padre y ya supera los 3.200 kilómetros en año y medio. Es nivel 39 de 40, mientras su progenitor es 35.

Tiroides y varices

Y la mejoría de salud de esta familia no se acaba aquí. La madre, María José Cinza (57 años), también camina y es nivel 37. Ella, según cuenta su marido, fuma menos al caminar y, además, sufre menos de sus dolencias tiroides y varices. De consumir sobre una cajetilla y media cada día ha pasado a solo media.

Los tres pasean por Neda, donde viven, pero casi tanto por Ferrol, donde hay un buen número de gimnasios -lugares para cazar los mejores Pokémon-, o por Pontedeume, Ares, Mugardos, Cariño, Ortigueira, Valdoviño... Padre e hijo, de hecho, forman parte de uno de los grupos existentes en Galicia, que se reúnen con asiduidad para las incursiones, que sirven para conseguir nuevas metas, pero en grupo. «Hay muchísima gente jugando de nuestra generación, la edad no importa. Además, conocemos a gente de toda la comarca, sirve mucho para relacionarse», destaca Rafael padre, que le aconseja a todo el mundo la aplicación, totalmente gratuita, «pero, sobre todo, caminar lo más posible, por lo saludable que es». Ahora, los dos nedenses esperan nuevas actualizaciones para, además de seguir mejorando su salud, que no se vuelva monótono.