Portugal regula por ley la entrada de mascotas en los locales de hostelería

begoña íñiguez CORRESPONSAL / LISBOA

SOCIEDAD

La norma, que entrará en vigor en mayo, ha suscitado gran polémica en el país

06 sep 2019 . Actualizado a las 12:12 h.

La polémica está abierta en Portugal, por la nueva ley que permite a las mascotas, los denominados animais de estimação, a entrar y permanecer con sus dueños en los cafés, restaurantes y cualquier establecimiento hostelero, de norte a sur del país. La ley, aprobada el 9 de febrero en la Comisión de Economía del Parlamento de Lisboa, con los votos a favor del partido animalista (PAN) del Partido Socialista, del Bloco de Esquerda y del Partido Comunista, no entrará en vigor hasta mayo, cuando sea promulgada por el presidente de la República, el conservador, Marcelo Rebelo de Sousa, que aún no se ha manifestado al respecto

Las opiniones a favor y en contra han crecido como la espuma durante los últimos días, tras saberse que los perros y gatos no serán las únicas mascotas que podrán acompañar a sus dueños en los establecimientos de hostelería. En el texto de la nueva norma no se especifica a qué animales se permitirá entrar en los bares y restaurantes lusos, pues se limita a señalar, tan solo, el término «animales de compañía», pero sin enumerar especies.

Según los especialistas, este es el mayor problema que se presenta legalmente a priori: «Al no establecerse ninguna delimitación, podrán ser considerados como tales no solo un perro o un gato, sino un canario, una tortuga, una iguana, un conejo o una cobra, por ejemplo», dicen.

Número de animales

Otro de los aspectos polémicos de la nueva ley es dejar en manos de los propietarios de los cafés y restaurantes el límite máximo de animales que podrán estar con sus dueños en su local «para salvaguardar su normal funcionamiento», como se puede leer en el texto. Cada hostelero decidirá si fija un área para los clientes con animales, o permite su presencia en todo el local, haciendo uso de él como el resto de los clientes.

También se establece que las mascotas «tendrán que llevar correa, bozal o protección y no podrán circular libremente por el local, y está prohibida su presencia en la zona de servicios o donde existan alimentos».

João Nunes, propietario de un concurrido café en la turística zona de la Baixa, cerca de la plaza del Comercio, se muestra totalmente en contra de la nueva ley. «No sé lo que va a pasar, confío en que el presidente no la promulgue. De ser así, no permitiré que en mi local entren. En estos momentos, con la gran afluencia de turistas que tenemos en Lisboa, creo que esta ley es un error y nos perjudica a todos».

La joven Mafalda Gonçalves, que pasea por el centro de Lisboa con su pastor alemán, está muy satisfecha con que se permita, a partir de mayo, la entrada en los cafés y restaurantes a las mascotas con sus dueños. «Me parece muy bien. Cuando entre en vigor seré de las primeras en ir con mi perro a desayunar y a comer fuera, ya era hora de que alguien pensase en nosotros».

Galicia faculta a los bares para dejarlos pasar

No está aún al nivel de Estados Unidos o Alemania, pero no cabe duda de que Galicia, en cuestión de integración de mascotas, ha avanzado en los últimos años. La comunidad se ha adelantado unos meses a Portugal con la aprobación de la Lei de Benestar Animal que entró en vigor en enero. La norma faculta a los propietarios de hostelería para decidir dónde dejan entrar a las mascotas. Al contrario de lo que está ocurriendo en Portugal, «aquí en Galicia la ley no ha suscitado ningún tipo de polémica entre los hosteleros porque lo deja a criterio del hostelero», explica el responsable de la Asociación de Hostelería de Galicia, Héctor Cañete. En su local permite entrar a los perros a la terraza cubierta, pero tiene más cautela a la hora de permitirles la entrada dentro porque, como apunta, «hay personas que han protestado, aunque en general hay una buena convivencia».

La verdad es que, al menos en las capitales, cada vez son más los restaurantes o cafeterías que permiten la entrada de perros. Muchos tienen en la puerta la pegatina Dog Friendly para poner en alerta a aquellos a los que no les gusten los animales de que allí pueden encontrarse con clientes perrunos. Otra cosa son pueblos más pequeños, donde todavía no resulta generalizada esta tendencia.

La cuestión es que lejos de representar un problema, hay locales que apuestan por ella como estrategia de negocio. La razón es que el número de perros censados en Galicia es de 497.144.

«Tratamos de que haya convivencia»

PACO RODRÍGUEZ

m.c.

Sendeiro es una novedosa experiencia gastronómica en Santiago, un recorrido sensorial por todas las rutas culinarias de Galicia. Su filosofía es que la gente que acude al local disfrute y que, los que quieran, puedan hacerlo con su perro. Como explica uno de los socios del local, Sergio del Pont, «Lo que intentamos es que haya una convivencia entre las personas que viene con su mascota y las que no». Los perros pueden estar en la terraza. Dentro hay un reservado en el que, previa reserva, también pueden entrar. «Donde no dejamos que pasen es al comedor general», explica. Además, pueden estar en la terraza. La idea de que una ley permita entrar a las mascotas en los locales le parece bien, mientras estén educados.

«¿Dónde está el límite?»

Jose Manuel Casal

m.c.

Desde luego Marcos Seoane no peca de que no le gusten los animales. Tiene un San Bernardo y dos Golden Retriever, pero a su restaurante, el Río Sil, en Carballo, no deja entrar mascotas. «No caso de que aquí houbese unha lei que obrigase a deixalos entrar, ¿onde poñería os límites de entrada?», pregunta.

 Porque a su juicio no es lo mismo un Westy -una raza de tamaño pequeño- que un San Bernardo. Además, depende de que el animal esté limpio y socializado, o no. «¿Como sabes se o está ou non cando entra pola porta?», vuelve a cuestionarse. Por eso, de verse en el brete en el que se encontrarán los hosteleros portugueses a partir de mayo, estaría entre los que no dejarían entrar.