Por otro lado, la conclusión alcanzada por el NHS británico también da que pensar -al menos a mi- de qué somos hijos, y a convertirnos en detective de nuestra historia. Por ejemplo, si yo nací en agosto de 1974, ¿sucedió algo nueve meses atrás que «motivase» a mis padres? Al consultar los almanaques de 1973 uno descubre que en diciembre el consejo de ministros ordenó reducir el consumo energético en calefacción a consecuencia de la acuciante crisis mundial del petróleo que disparó el precio de los combustibles. Y ya se sabe que no hay nada como otro cuerpo para entrar en calor. Pero 1973 también fue el año de El último tango en París, prohibida por la censura en España, lo que motivó que muchos españolitos cruzasen la frontera a Francia para verla, y del mismo modo, la entrada de copias pirata de allende los Pirineos. Lo que me hizo recordar haber oído a mis padres contar que ellos vieron la película de forma clandestina en casa de un pariente que se había hecho con una de esas copias. No he querido indagar en las fechas exactas por temor a descubrirme otro de los cien mil hijos de San Marlon Brando.