La española que imparte clases de mecánica a los alemanes

Isabel Díaz / Efe

SOCIEDAD

El camino de Rocío Barroso hasta alcanzar su sueño no ha sido nada fácil

17 feb 2018 . Actualizado a las 19:57 h.

En 1888 Bertha Benz se convirtió en la primera mujer mecánica de la historia, una profesión en la que han predominado los hombres pero en la que poco a poco reclaman su sitio mujeres como Rocío Barroso, una española que instruye en Alemania a alumnos interesados en esta materia.

Barroso ha explicado que tras 21 días trabajando en un proyecto Erasmus + en Alemania y tras las buenas calificaciones obtenidas por los trabajos realizados por el grupo de su centro educativo, el director de la empresa Vitalis le ofreció «un puesto de trabajo para ser docente de electromecánica para una incorporación inmediata», una oportunidad que no dejó escapar.

Su día a día es «muy gratificante», ya que se encarga de recibir a los grupos de alumnos que llegan a Vitalis para instruirlos y supervisar sus proyectos durante sus trabajos en el taller, para ella «la parte más divertida y dinámica de la empresa» en la que puede poner en práctica todo lo aprendido durante su formación.

El camino de Barroso hasta alcanzar su sueño no ha sido nada fácil, ya que tras finalizar sus estudios de bachillerato artístico comenzó a trabajar en la empresa familiar de manejo de maquinaria durante 17 años.

Con 35 años decidió retomar los estudios en el grado de Formación Profesional de Electromecánica de Vehículos en el IES Juan de la Cierva de Vélez-Málaga (Málaga), dónde destacó desde el principio.

«Al principio las clases fueron difíciles, ya que era la única mujer matriculada en el ciclo junto a otros 35 alumnos», ha reconocido Barroso, que ha señalado haber disfrutado de sus compañeros y de sus profesores de electromecánica de vehículos, de los que ha aprendido mucho durante su formación.

Barroso ha comentado que se inscribió en el proyecto Erasmus + porque le parecía una experiencia muy enriquecedora, tanto que incluso reconoce que llegó a rechazar ofertas de trabajo dentro del municipio ya que «quería aprender más, tener una mejor formación y conocer otras culturas» dentro del mundo de la electromecánica.

Con su contrato de trabajo debajo del brazo y antes de partir de nuevo hacia Alemania, Barroso asistió a una charla para motivar a los alumnos del centro educativo a participar en planes como Erasmus + e incentivar a las jóvenes a estudiar electromecánica, donde «varias chicas reconocieron que estaban interesadas en ello».

Efecto llamada

Tras conocer la experiencia de Barroso en Alemania como mentora y guía de prácticas dentro de la empresa Vitalis, en el IES Juan de la Cierva se ha producido «un efecto llamada por parte del alumnado, que se está interesando por el proyecto Erasmus + del siguiente curso», según ha reconocido Sergio Lucena, coordinador de proyectos internacionales del centro.

Lucena ha señalado que la experiencia de Barroso ha sido «una motivación general para todo el alumnado, así como un reclamo, ya que gracias a esta historia han conocido la empleabilidad de los planes Erasmus + tras acabar los estudios», un efecto llamada que cree que se verá reflejado en las matrículas del siguiente curso.

«Gracias a la experiencia de Barroso estas enseñanzas como la electromecánica de vehículos se hacen más atractivas para el alumnado ya que se abre el abanico y no solo pueden trabajar en España sino en cualquier parte del extranjero», ha enfatizado Lucena.

El coordinador de proyectos ya organiza la segunda fase para los alumnos de Gestión Administrativa que serán recibidos por Barroso en Leipzig (Alemania) a mediados de abril.

Una de las alumnas que se ha sentido inspirada por esta historia y que participará en el proyecto Erasmus + del ciclo de Gestión Administrativa es María Dolores Santos, que ha retomado los estudios recientemente después de ser madre a los 42 años y que decidió vivir esta experiencia «sin pensarlo dos veces».

Desde Leipzig Barroso ha recordado que el primer día como alumna de electromecánica de vehículos, a la salida del centro, vio escrito en un cartel la frase «que las ganas de aprender sean más fuertes que el miedo», una máxima que le ha inspirado durante todo el camino y que recuerda hoy como mentora de alumnos en Alemania.