Un estudio muestra que los productos de limpieza pueden hacer tanto daño como el tabaco

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MARTINA MISER

Apunta que su uso durante 20 años equivale en mujeres a fumar un paquete al día

16 feb 2018 . Actualizado a las 23:43 h.

El impacto de algunos productos de limpieza con productos químicos sobre la salud es un asunto que preocupa desde hace tiempo a los neumólogos. Hay trabajos que prueban, por ejemplo, su incidencia en el asma. Pero ayer el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine de la American Thoracic Society publicó un estudio observacional de la Universidad de Bergen (Noruega) que da un paso más al mostrar que esas sustancias provocan una rebaja de la función pulmonar en las mujeres (no en hombres) que las han usado al menos una vez a la semana durante un período de veinte años. Concluye, en concreto, que haber estado expuestas a ellas equivale a haber fumado 20 cigarros al día. Hasta ahora no había trascendido prácticamente ningún informe que tratara del impacto en la función pulmonar a largo plazo y analizara una muestra tan grande de 6.235 individuos.

La secretaria general de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), Marina Blanco, apunta que «el estudio tiene mucho impacto porque está hecho a muy a largo plazo. Veinte años. Teníamos conocimiento de los efectos a corto plazo, sabíamos que son un factor de riesgo para sufrir asma, pero resulta pionero a la hora de ver los efectos a largo plazo en la pérdida de función pulmonar».

El profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública en Universidad de Santiago (USC), Alberto Ruano, llama a la prudencia a la hora de comparar los efectos de un limpiador con los del tabaco. «Realmente no podemos comparar el poder carcinogénico del tabaco con el que pudiera tener un producto de limpieza. Sabemos que en el tabaco intervienen unas 4.000 sustancias de las que entre 60 y 70 son carcinógenos probados», dice. También hay que analizar el contexto. La frecuencia con la que se realiza la limpieza o dónde se ha hecho.

Con todo, el resultado del trabajo capitaneado por Cecilie y Oistein Svanes confirma la urgencia de aplicar los consejos que desde hace tiempo llevan dando los neumólogos a la hora de realizar labores de limpieza. «Hay que evitar productos en espray, ventilar antes y después de hacer la limpieza y usar mascarilla», recuerda Blanco, quien añade que no solo hay que pensar en las consecuencias que tienen sobre la salud individual, también en el medio ambiente.

¿Solo las mujeres?

También llama la atención del estudio noruego es la diferente incidencia observada entre hombres y mujeres. En este sentido, al tratarse de un informe que únicamente ha realizado una mediación periódica de los efectos, no tiene una explicación concluyente, aunque especula con que la muestra de hombres que realizaron labores de ese tipo durante esos veinte años es mucho menor. Donde apenas hay distinción es entre las mujeres que trabajan en el sector y aquellas que han usado esos productos para limpiar su casa. La incidencia en ambos casos resulta comparable con haber fumado entre 10 y 20 pitillos al día. La neumóloga Blanco explica que la pérdida de la función pulmonar a largo plazo no es algo que tenga efectos de un día para otro: «Puede que no note nada hasta que no aparece fatiga (disnea) o tos». Recuerda que «los productos más peligrosos son los que tienen amonio cuaternario y hipoclorito sódico (la lejía)».