Del plato a una enfermedad bacteriana

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Una cooperativa vasca tuvo que retirar tres lotes de queso tras detectarse un caso de meningitis; no es tan raro, y la carne es el producto con más contaminaciones

18 ago 2019 . Actualizado a las 16:51 h.

En el 2018 se tuvieron que retirar tres lotes de queso de leche cruda de oveja, tras detectarse un caso en Madrid de una persona que contrajo meningitis bacteriana tras consumir este producto. La culpable fue la bacteria Listeria monocytogenes, pero no es la única que puede ingerirse en alimentos y provocar una enfermedad.

El hecho de que un alimento esté contaminado no quiere decir que la persona que lo ingiere vaya a desarrollar una meningitis bacteriana con total seguridad. Lo explica Antonio Pose, el jefe del servicio de medicina interna del CHUS, «en cualquier toxiinfección alimentaria hay una resistencia natural, afortunadamente. Lo vemos de forma clara en un banquete de boda, por ejemplo, en donde más o menos se infectan la mitad de los invitados que hayan ingerido el alimento», explica.

Del estómago a la sangre

En el caso concreto del queso, el producto está contaminado por la bacteria, esta sobrevive a las enzimas del estómago, llega a la sangre y alcanza las meninges, las membranas que recubren el sistema nervioso central, hasta provocar una infección. Pero ni todas las personas que hayan comido este producto tienen por qué enfermar, ni se trata de una bacteria que solo esté presente en la leche cruda. De hecho, explica Pose, en donde más contaminaciones han registrado de este microorganismo es en las carnes, cuando se toma cruda o semi cruda. Estados Unidos aprobó el uso de bacteriófagos, que las eliminan, para acabar con la contaminación en esos alimentos.

El hecho de que este queso se elabore con leche cruda, no pasteurizada, obliga a extremar el proceso de elaboración, ya que el procedimiento de elevar la temperatura de la leche y después enfriarla elimina los microorganismos. No obstante no es imposible que haya bacterias, porque el alimento puede contaminarse si se manipula después. La meningitis bacteriana provocada por la Listeria es grave, sobre todo cuando no se coge a tiempo, y no muy frecuente. Los principales afectados son las personas mayores, pero se trata de una enfermedad que tiene la ventaja de responder muy bien a los nuevos antibióticos, en concreto a la ampicilina.

Cuando se habla de infecciones alimentarias producidas por bacterias es raro oír hablar de meningitis, pero no de otras enfermedades que también provocan estos microorganismos. Por ejemplo la brucelosis, que produce la Brucella. Y precisamente esta suele llegar al organismo por la ingestión de los derivados lácteos del ganado, como el queso. Pero quizás la más conocida es la salmonelosis, en este caso causada por la Salmonella, otro grupo de bacterias que se asocian mucho a los alimentos elaborados con huevo crudo. Y es que aunque puede haber una contaminación posterior, los alimentos sin tratar son más propensos a transmitir este tipo de bacterias o parásitos.

Agua cruda

Otra de las barbaridades que se ha puesto de moda en los últimos meses, sobre todo en Estados Unidos, y de la que ya han advertido sociedades científicas, es la llamada agua cruda, la traducción literal de raw water, que consiste en beber agua sin tratar. Pose Reino, responsable de medicina interna del CHUS, recuerda que pueden contraerse infecciones ya que se constató que esta agua puede estar contaminada no solo de bacterias sino de otros patógenos.

 Un producto «gourmet» que no llegó a los establecimientos gallegos

Los lotes inmovilizados del queso de leche cruda de oveja estaban en establecimientos de Madrid, País Vasco y Barcelona, pero ninguno llegó a Galicia. Desde la cooperativa Oihan Txiki recuerdan que son una empresa pequeña y sus productos se venden en tiendas especializadas, tipo «gourmet», no en supermercados u otro tipo de locales. La cooperativa emitió un comunicado en el que pide a las personas que tengan algún envase de su planta de Aia: los quesos Gutizia, Txuria y Beltza, que no los consuman y acudan a su centro sanitario en caso de haberlo hecho y de presentar alguna sintomatología no habitual. La retirada de los lotes, decidida por el departamento de salud del Gobierno vasco y la empresa, se produjo tras la alerta de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición de (Aecosan), al identificar a una persona infectada por meningitis bacteriana asociada al consumo de este queso.