El excremento de las aves podría hacer que aumente la productividad marina

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los investigadores de la Universidad de Santiago analizaron más de 3.000 colonias de aves, entre ellas las de los pingüinos de Ushuaia
Los investigadores de la Universidad de Santiago analizaron más de 3.000 colonias de aves, entre ellas las de los pingüinos de Ushuaia USC

Un estudio hecho en Galicia revela su papel esencial en el ciclo del fósforo y el nitrógeno

24 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Somos fósforo y nitrógeno. Están en nuestro ADN, en nuestras proteínas, al igual que en el de las plantas y en las de cualquier ser vivo. Están en el aire, fundamentalmente; en el suelo, en el agua... Son nutrientes vitales para la productividad de las tierras y de los océanos que conforman un equilibrado ciclo esencial para la vida.

Pero el círculo no estaba del todo cerrado. Ha aparecido un nuevo e inesperado actor como fuente de emisión de estos dos compuestos en este complejo y fundamental puzle: los excrementos de las aves marinas. En sus colonias de cría, repartidas por todo el mundo, se depositan, a través de las deyecciones, 591.000 toneladas de nitrógeno y 99.000 de fósforo, una cantidad similar al de los aportes fluviales realizados por todos los ríos del mundo o del que se extrae de las aguas marinas por la actividad pesquera. Este nuevo canal de transferencia de fósforo y nitrógeno, y su importancia en todo el sistema, ha sido desvelado por un equipo de la  Universidade de Santiago liderado por el profesor de Edafología y Química Agrícola Xosé Luis Otero. El trabajo, en el que también han participado el catedrático Augusto Pérez Alberti y el investigador Saúl de la Peña, así como investigadores de las universidades de Sao Paulo (Brasil) y de la Autónoma de Baja California (México) se ha publicado en la revista científica Nature Communications

«O estudo pon de manifesto e descobre un novo actor nos ciclos xeoquímicos do nitróxeno e do fósforo, ambos imprescindible para a vida e moduladores da fertilidade e produtividade das augas mariñas», subraya Otero. El trabajo de campo se realizó fundamentalmente en el Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia, de donde salieron los primeros datos sobre la relevancia de las aves marinas en el ciclo global.

Los investigadores tomaron los primeros datos en las Cies.
Los investigadores tomaron los primeros datos en las Cies. USC

Luego se realizaron los cálculos a nivel mundial y se elaboró un mapa sobre la distribución mundial del aporte de los dos elementos, para lo que fue necesario analizar más de 3.000 colonias de aves. Y aquí fue donde saltó otra sorpresa. El mayor peso de los excrementos, con sus correspondientes nutrientes, se encontró, en el sentido literal, en el hemisferio sur. Y esto es así porque los mayores generadores de deposiciones, debido a su mayor tamaño, son los pingüinos. En comparación, la producción de deyecciones de las aves de Cíes y Ons es muy modesta. Solo aportan al año unas 45,4 toneladas de fósforo y 7,6 de fósforo. Un número pequeño para causar un gran impacto en el medio, pero suficiente para transformar la composición de suelos, agua y vegetación. Y puede que también para generar una mayor productividad pesquera de las aguas. De hecho, los científicos observaron en las Cíes una mayor presencia de clorofila que en el interior de las rías.

Este efecto, sin embargo, tendrán que corroborarse con otros estudios, al igual que el impacto global en la fertilidad marina del nitrógeno y fósforo aportado por el excremento de las aves. Sería su efecto positivo, pero un exceso de nutrientes también tiene una contrapartida: provoca la eutrofización de las aguas. Aunque en este caso habría que hablar de ornitoeutrofización, término que se propone en el trabajo.