Confirmado: hubo una lucha de titanes en la fosa de Hércules

r. r. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La autopsia al calamar gigante fue realizada en Luarca (Asturias), donde se encuentra el animal, por un equipo del IIM de Vigo y por miembros del Cepesma
La autopsia al calamar gigante fue realizada en Luarca (Asturias), donde se encuentra el animal, por un equipo del IIM de Vigo y por miembros del Cepesma CSIC

La autopsia al calamar gigante de Bares revela el primer caso de piratería por alimentos en invertebrados

24 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Abandonó su refugio, a 500 metros de profundidad, en busca de alimento. Y lo encontró en un banco de bacaladilla. Pero cuando descendió de nuevo a su hábitat, con la presa entre los dientes, se encontró con un inesperado rival. Una hembra de mayor tamaño aún, probablemente de 170 kilos, que se la quería robar. Pero la más pequeña, de 105 kilos y 123 centímetros, se resistió. Se sucedió entonces una encarnizada y desigual lucha de calamares gigantes en la fosa de Hércules, situada frente a la costa Ártabra. Fue un combate de titanes en el que la hembra de menor peso, pese a su obstinada resistencia, salió malparada. Herida y desorientada subió hasta la superficie, donde fue arrastrada por el viento y las corrientes hasta el puerto de Bares, donde en octubre del 2016 fue fotografiada moribunda, pero aún viva.

Lo sucedido es el primer caso documentado de lucha por el alimento entre dos invertebrados en el medio marino y acaba de ser confirmado por los resultados de la autopsia realizada a la pequeña hembra de Architeuthis dux por parte de investigadores del Instituto del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo (IIM-CSIC) y de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma). El trabajo se ha publicado en la revista científica Ecology, una de las de mayor impacto en su área, lo que da idea de la relevancia del estudio. 

«Fue un caso de piratería por el alimento, en la que hubo una competencia excesiva, quizás un poco agresiva, ya que no era de esperar una oposición tan fuerte por parte del rival más débil. Fue una lucha desigual en la que la pequeña le hizo frente», explica Ángel Guerra, investigador ad honorem del CSIC y experto en ecología marina que participó en la necropsia. Tres meses antes se había descrito una pelea por la presa entre dos calamares de un acuario de Japón, pero esta es la primera vez que se documenta en el medio salvaje. Y, además, entre dos miembros de una especie de gigantes. 

La inspección del cadáver puso de manifiesto que se trataba de «una hembra inmadura, con numerosas marcas de ventosas y heridas alargadas en su epidermis», apunta Ángel González, otro de los autores del trabajo.