El cóctel perfecto: alto contagio y baja protección
El sarampión tiene un índice de reproducibilidad (Ro) de 18. Esto quiere decir que una persona, en un escenario de población no vacunada, contagiaría a otros 18. Para comparar, ahora que se habla tanto de la epidemia de la gripe, el índice Ro de esta enfermedad es de 2-3. De ahí que para interrumpir la transmisión de la enfermedad la tasa de cobertura de vacunación deba llegar al 97 %, por lo que bajar la guardia coloca a toda una población en una situación de vulnerabilidad. «Si tenemos en cuenta estos dos aspectos, y le sumamos que el virus no está erradicado, es decir, que circula libremente, el fenómeno migratorio, y además que cualquier patógeno está hoy en día a una hora en avión, tenemos el cóctel perfecto». Federico Martinón, responsable del servicio de pediatría del CHUS y experto en vacunas, tiene claro que aunque España es de momento un ejemplo en cuanto a la protección contra esta dolencia «no somos tan distintos de otros países como Francia e Italia y ya hemos visto los efectos nocivos de la no vacunación en casos puntuales como la difteria», explica.
Martinón lamenta que países como Francia, Italia o Portugal hayan perdido la inmunidad como grupo por haber bajado las tasas de vacunación ante una enfermedad letal. De ahí que no dude en calificar de «negligencia y acto temerario» las llamadas fiestas del sarampión o de la varicela en las que se junta a varios niños con uno que está pasando la enfermedad para que se contagien todos, «es someter a tu hijo a una enfermedad potencialmente letal», cuenta.