Ni garbanzos ni bollería para el desayuno de tus hijos

RAQUEL CARRACEDO / L. Vidal / M.G. LA VOZ

SOCIEDAD

Lucía Vidal / Álex López-Benito

No se debe descuidar ninguna comida, mucho menos la comida más importante del día. Los hábitos de alimentación también forman parte de su educación

11 ene 2018 . Actualizado a las 18:22 h.

Desayunar solo garbanzos no es bueno para la salud de un niño, como tampoco lo es que se alimente con bollería industrial. Mantener una dieta equilibrada es importante para que el niño aprenda unos hábitos saludables que lo acompañarán durante su futuro. Eso se traduce a que el niño debe hacer cinco comidas al día con un total de tres frutas y dos verduras. Entonces, ¿cómo debe ser el desayuno de los niños para que sea saludable, variado y equilibrado?

El desayuno es la comida más importante del día porque aporta la energía necesaria para comenzar el día con vitalidad y poder mantener los niveles de glucosa adecuados para que el niño pueda jugar y aprender. Además, es de vital importancia para el crecimiento de los más pequeños de la casa.

En teoría, el refrán «desayuna como un rey» es conocido por todos, en cambio no se aplica en la práctica. Según un estudio sobre los hábitos de desayuno de los niños de Tulipán, en colaboración con la Sociedad Española de Pediatría Social y la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas, un 40% de niños españoles desayuna solo, sin la compañía de sus padres y un 8% de niños mayores de 6 años no desayuna de forma diaria. Un tercio de los padres reconoció que sus hijos se alimentan de bollería todos los días y la mitad de los progenitores de niños con obesidad les preocupa que su hijo coma menos de lo que necesita.

No son los únicos datos que acompañan a la realidad. Según un observatorio de Nestlé sobre los hábitos de nutrición familiares, un 30% de los niños presenta obesidad o sobrepeso en España. En el resto del mundo, el panorama es abrumador: la obesidad infantil se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años

La Organización Mundial de la Salud (OMS) categoriza la obesidad infantil como «uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI», ya que esos niños tienen más probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes. Ana Belén Crujeiras, investigadora en Endocrinología Molecular en el IDIS en Santiago va más lejos: «Ser obeso predispone a sufrir cáncer». Otros estudios europeos la avalan.

La edad de inflexión para la obesidad son los 7 años. En la franja de 3 a 6 años, los niños con exceso de peso serían un 28%. A partir de los 7 años, el dato se incrementa hasta un 34% de niños con obesidad en España. 

Entonces, ¿qué debe desayunar mi hijo?

Según Ana Golpe, experta en nutrición, el desayuno ideal para un niño tendría que llevar lácteos como leche, queso y yogur, cereales (trigo, maíz, avena) y vitaminas de frutas, como cítricos. Es preferible que los niños tomen la fruta entera y no en zumos o licuados, aunque no es perjudicial.

En caso de un desayuno con tostadas, se debe evitar el pan del molde y optar por el pan de toda la vida. Si el niño es de dulce, lo ideal es que la mermelada sea casera para asegurarse de que tiene fruta de verdad. Para los que prefieren salado, también se podría acompañar la tostada con queso o jamón. 

La merienda no es tan importante como el desayuno, pero también se debe hacer. Los padres deben tener en cuenta que el niño debe comer después a la cena por lo que es mejor si es ligera. Ana recomienda a los padres una fruta, un yogur o un bocadillo, como los de toda la vida.

Los garbanzos no queda claro qué papel pueden tener en un desayuno. Eso sí, parece que la clave está en darle a los hijos lo más natural, una dieta equilibrada donde no falten frutas y verduras y evitar la bollería industrial dentro de lo posible.