Galicia da otra oportunidad a Bautista

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Cirujanos de A Coruña practican una compleja operación de pulmón a un niño uruguayo tras una primera y fallida cirugía abierta que le realizaron en su país

06 jul 2019 . Actualizado a las 19:29 h.

Bautista espera sentado en el taburete de su habitación del hospital San Rafael. Tiene una sonrisa dulce que esconde a un niño vital y juguetón, aunque ahora su mirada no lo refleje. «Estoy cansado, quiero acostarme», dice, mientras se dirige por su propio pie a tumbarse en la cama ante la atenta mirada de sus padres. Salvo la fatiga y alguna molestia al toser, nadie diría que hacía apenas 19 horas le habían extirpado una pequeña parte del pulmón. Estaba afectado por bronquiectasias, una infección de las vías respiratorias que provoca una dilatación anormal de este órgano, incapaz de absorber las flemas. Estaba condenado a una neumonía permanente y a un deterioro progresivo de su calidad de vida. La obligada cirugía para tratar estos casos no supone una gran complicación, pero en su caso lo era. Lo habían operado previamente hacía año y medio en Uruguay, donde lo abrieron de costado a costado para extraerle el lóbulo medio por completo. No funcionó. La infección seguía ahí, agravada por la presencia de una bacteria pseudomona. Era necesario intervenirlo de nuevo. Y ahí radicaba la dificultad. Tenía que ser una cirugía mínima y precisa, dirigida a un pequeño fragmento del lóbulo superior derecho. Técnicamente, una segmentectomia anatómica S3. Una intervención convencional condenaría a Bautista, de 8 años, a un extremo sufrimiento.

«Pasado un año, un tac reveló el problema. Y allí querían operarlo ya. Pero teníamos claro que hacerlo en Uruguay ya no era una alternativa», explica la madre, Vanesa Techeira. El padre, Juan Andrés de los Santos, asiente: «No queríamos exponer a Baute a un riesgo innecesario y, como cualquier padre desgarrado por la situación, nos pusimos a buscar una solución fuera donde fuera». La encontraron en A Coruña.

«Empezamos a buscar en Internet y todos los portales nos llevaban a Diego», relata Juan. Se refiere al cirujano Diego González Rivas, creador de la técnica uniportal Vats, que permite realizar toracoscopias asistidas por vídeo mediante una única incisión de menos de tres centímetros. Es mínimamente invasiva y selectiva, justo lo que pretendía la familia de Bautista. El especialista intervino al niño, junto a su compañera Mercedes de la Torre, asistidos por el anestesista César Bonome en una intervención de algo más de dos horas.

Pero antes del final feliz había que localizar a González Rivas. Y no parecía fácil. «Lo busqué en Facebook y le envié un mensaje, pero sin esperanza de respuesta. Y cuando me senté a almorzar ya la tenía. No me lo podía creer», señala Vanesa. «Para él también era un desafío y enseguida se implicó», sostiene Juan Andrés. 

Nerviosismo

González Rivas ha efectuado miles de operaciones. Practica 800 al año en todo el mundo, pero el caso de Bautista era un reto. «No es -dice- la cirugía más difícil que he practicado, pero era muy compleja. Primero porque era un niño; porque se trataba de una recirugía, en la que no sabías que te podías esperar, de una enfermedad inflamatoria-infecciosa y porque tenía un manejo anestésico muy complejo». Estaba extrañamente intranquilo. E igual sensación mantenía el anestesista César Bonome, también con una amplia experiencia. «El día de la operación -confiesa Bonome- me desperté a las cinco de la mañana pensando en el niño, en lo que podía o no podía hacer. El caso nos creó un cierto estrés».

Bautista escucha la conversación, aunque por momentos lo vence el sueño. Solo reacciona cuando su madre se apresta a dejarlo jugar a la PSP. «Te has portado muy bien, como todo un campeón», lo anima Bonome. «Desde el punto de vista anestésico -recuerda- fue un caso muy complicado, porque tiene los pulmones muy pequeños y no valían los tubos convencionales». Ahora respira aliviado. Mientras espera que Bautista le devuelva una sonrisa.

Vídeos de apoyo de Cavani y Luis Suárez, y una visita de Valverde

Bautista es un fanático del fútbol. Lo es hasta el punto de que siendo seguidor del Nacional de Montevideo y del Barcelona se declara un admirador de Cristiano Ronaldo. Pero lo que le gusta, sobre todo, es jugar al balón. Y no tardará en volver a hacerlo. Ayer, cuando aún no habían transcurrido 48 horas de la operación, le dieron el alta. En realidad ya quería irse en la tarde del viernes, cuando, recuperado del cansancio, paseó por el hospital. Dentro de unos días regresará a Uruguay y satisfacer su pasión por el deporte. Quizás se encuentre allí con Cavani y Luis Suárez, sus otros ídolos futbolísticos. Los dos son de Salto, la ciudad uruguaya donde vive. Y ambos le enviaron un vídeo de apoyo. «Hola Bauti, quiero mandarte un beso desde acá, desde París, enviarte toda mi fuerza y quiero que sepas que tenés todo mi apoyo en este momento», le dijo Cavani. Suárez, desde Barcelona, no fue menos: «Quiero enviarte un abrazo muy fuerte y mucha fuerza y ánimo para seguir adelante» fue parte de su mensaje. El deportivista Valverde, también uruguayo, acudió a visitarlo al hospital.

El mundo del deporte en Uruguay ayudó a la familia a recaudar fondos para pagar el viaje y la cirugía. «Todos los vecinos nos ayudaron e incluso organizaron una venta benéfica de milanesas», recuerda el padre. La intervención en A Coruña era cinco veces más barata que en Uruguay, pero como también había que pagar los vuelos el dinero no llegaba. Pensaban en vender el coche cuando intervino la empresa en la que trabaja Vanesa, Creditec, una filial del Banco Santander. «Nos dieron un anticipo de 16.000 euros para la operación y toda la plata para los pasajes», dice la madre. No se arrepienten del esfuerzo. Todo salió bien. Ahora solo quieren cumplir el deseo de Bauti: volver a casa.