Loteros clásicos y números feos

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Javier Lizon | EFE

Este ha sido el sorteo de las terminaciones pares, con especial protagonismo del 8, y del retorno triunfal de administraciones como La Bruixa d?Or y Doña Manolita

23 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los jugadores que defienden que existen números más bonitos que otros seguramente no encontraron ninguno apetecible entre el panel de premiados de ayer. Aunque aquellos que apuestan por las administraciones más clásicas acertaron de nuevo. Sucedió con la madrileña Doña Manolita, que repartió entre sus clientes más de 3,5 millones de euros del gordo, un segundo premio y otros cinco quintos, más millones que nunca. También con La Bruixa d’Or, que a pesar de dejar Sort por la crisis catalana repartió desde Pamplona más de 3,5 millones de euros, entre el gordo, el segundo premio y otros cinco quintos.

Menos conocida, pero igual de afortunada fue una gasolinera de Granadilla, en Tenerife, que, por quinto año consecutivo, repartió varios boletos premiados, entre ellos, uno del gordo. Y todos a una clientela que no suele mirar las terminaciones, porque incluso las más apetecibles para los grandes aficionados tienen las mismas posibilidades que todas las demás. De hecho, el matemático Roger Jones asegura que «todos los números son equiprobables y que lo más probable es no ganar».

La suerte prefirió los números pares frente a los impares, ya que hubo cuatro terminaciones en 8, entre ellas la del gordo, dos en 4 (el segundo y el tercer premio) y otras tantas en 2 (los dos quintos). 

Roto y vuelto a comprar

Par es el 06914, agraciado con un tercero y que no gustaba a los socios de la Asociación de la Tercera Edad de Alagón, en Zaragoza, porque era «feo y muy bajo», pero su presidente, Raimundo Gustrán, apostó por él porque tenía «un cuatro» y, aunque tuvo disgusto cuando lo presentó al resto de la entidad, finalmente acertó. Casi todas las provincias de España han arañado algo. Algunos premiados, tras ser insistentes, como un vecino de Alburquerque (en Badajoz), que rompió un décimo del segundo premio al confundirlo con un cupón de la ONCE, pero adquirió otro con el mismo número por terminal que le tocó.

Otros que vieron recompensada su fidelidad fueron los compradores de siete décimos de uno de los quintos premios, el 58808, vendido en Albaida (Valencia) a vecinos del municipio que adquieren ese mismo número los jueves y sábados de todas las semanas. La diosa fortuna visitó cofradías, clubes de fútbol, colegios, residencias de ancianos y peñas taurinas como la Félix Rodríguez, de Santander, cuyos integrantes, entre ellos Antonio Díaz, recién casado, se embolsarán cerca de 75 millones de euros. 

Brindando por Condemor

El barrio de la Trinidad lloraba hace un mes la muerte del popular humorista malagueño Chiquito de la Calzada, y ha pasado a celebrar que numerosos vecinos tenían un décimo del gordo. La administración La Biznaga, de la céntrica calle Mármoles, de Málaga, repartió 128,8 millones de euros: setenta décimos en el área de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, en una panadería cercana recién abierta y el resto en ventanilla.

Este despacho está ubicado a unos 500 metros de donde reposan los restos mortales del humorista, así que no pocos descorchaban champán y brindaban por Condemor.

Los casi premios y el fiasco que supuso la apuesta por la terminación 155

El sorteo de la lotería de Navidad dejó ayer un reguero de afortunados y nuevos millonarios por toda la geografía española. Pero otros muchos, bastantes más, por cierto, tuvieron que recurrir al tópico de que por lo menos queda la salud para disfrutar de unas buenas fiestas navideñas. En algunos casos, la fortuna fue esquiva de la forma más cruel posible: por un simple y mísero número. Ya lo decía el difunto seleccionador nacional y mítico entrenador y jugador del Atlético de Madrid, Luis Aragonés, al asegurar un día en una entrevista que la suerte no existía: «Existen la buena y la mala suerte», matizó.

Eso es precisamente lo que les pasó a los que jugaron al número de la Asociación de la Prensa de La Coruña. Apostaron por el 51204 y el segundo premio recayó en el número 51244. Un simple 4 que supuso pasar de obtener 125.000 euros por décimo jugado a una simple pedrea de 100 euros. Y gracias. Pudo haber sido peor. Los hay que ni pedrea lograron.

También los hay que apostaron a una terminación específica. Manías que tiene uno. Los hay que juegan al 13 por aquello de desmitificar que se trata del número de la mala suerte. Y, por primera vez, la terminación en 155 se agotó, tan pronto el Gobierno de Rajoy decidió aplicar el famoso artículo de la Constitución en Cataluña. El número se agotó a las primeras de cambio.

Esther Barca, responsable del despacho de la Gran Vía de Carballo, relató el jueves por la noche que tenía muchas peticiones de ese número, pero le fue imposible atenderlas: «Hace semanas que se agotó el 155, y eso que lo pedimos a muchas administraciones de toda España». De hecho, de la lista de 13 números que conforman los grandes premios, solo uno terminó en 5: el 18065. 

Si el tercer premio (06914) no tardó ni quince minutos en salir del bombo, los dos cuartos fueron los más remolones. De hecho, fueron los últimos en ser cantados. El 13378 salió a la una de la tarde. Un cuarto de hora después lo hizo el 61207.

Los dos cuartos premios, los últimos en salir

Una ayudante de cocina en una guardería de Madrid fue agraciada con el gordo de la lotería de Navidad. La premiada, residente en Torrejón de Ardoz, compró el 71198 por coincidir con la fecha de nacimiento de su hija.

Un gordo gracias a la fecha de nacimiento de su hija

 

La hermandad de Los Gitanos de Lebrija de Sevilla se llevó 10,2 millones de euros gracias a las 170 series del 37872, un quinto premio. Una suerte muy repartida en zonas humildes del pueblo, donde la entidad cuenta con mucha devoción.

Una hermandad alegra el día a familias humildes

 

Un quiosco de prensa de la calle Gregorio Marañón, en El Sardinero, vendió siete décimos delgordo, 2,8 millones de euros en total. La alegría inundó muchos rincones, como la Escuela de Ingeniería de Caminos, donde tocó a las limpiadoras.

Lluvia de millones en un quiosco de El Sardinero

 

Uno de los quintos premios recayó en el número 00580. En el plasma apareció el nombre de una localidad, Santa María de Cayón, pero de Cantabria. Un nombre muy similar al de la parroquia larachesa de Santa María do Socorro de Caión.

Santa María de Cayón, pero de Cantabria