El colegio de los 43,2 millones de euros

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

CARLOS CASTRO

Profesores y personal del Insua Bermúdez se reparten 108 décimos. Uno se invertirá en mejorar instalaciones

23 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Se toca, vémonos no centro». Después de repetir esa misma frase durante años y años, ayer por fin el personal del colegio Insua Bermúdez de Vilalba hizo realidad el mantra y acudió a las aulas a pesar de estar en período vacacional. El centro repartió entre sus 27 profesores, cuatro cocineras, dos cuidadoras, un conserje y un nutrido grupo de antiguos docentes 108 décimos que resultaron agraciados con el gordo -43,2 millones- y se quedó con uno, que ahora invertirá en la compra de material para mejorar las instalaciones. La lotería la compró, como es habitual desde hace ya muchos años, el secretario, Arturo Gómez.

El personal laboral recibió una participación de 10 euros dentro de la cesta navideña de este año. Casi todos compraron hasta completar al menos un décimo y repartieron la suerte entre familiares y amigos, como Menchu Castro, que trabaja como cuidadora. Esta joven le regaló un décimo premiado a su amiga Pili Balseiro, que ayer estaba feliz porque los 400.000 euros que iba a cobrar le van a permitir «tapar furadiños». Ambas se fundieron en un gran abrazo nada más encontrarse, antes de dirigirse al colegio a celebrarlo con el resto de los compañeros.

Por WhatsApp

Irene Gómez, la profesora de Educación Física, que fue una de las que acudió al colegio a brindar con cava, se enteró por un mensaje en el grupo de WhatsApp de docentes. «Primeiro pensamos que era unha broma, pero despois xa vimos que non». Lo primero que hizo fue llamar a su padre, que trabaja en un centro de salud en Barcelona. Según comentó al resto de sus interlocutoras, su progenitor se puso tan contento que bromeó con ella sobre la posibilidad de abandonar la consulta en ese momento.

El dinero obtenido -la mayor parte de los agraciados prefirieron ser prudentes y no decir cuántos décimos les habían tocado- lo invertirá esta profesora de Educación Física, en primer lugar, en pagar la hipoteca. «Despois xa veremos».

Un décimo, en lugar de cinco

Inés Lagüela Paz dio clases durante nueve años en el Insua Bermúdez y ahora está jubilada. Nostálgica, siempre compra cinco décimos de la lotería de su antiguo colegio, cuatro de ellos para repartir entre sus hijas. «Como tardaron en ponerla a la venta -dijo- compré los cuatro en otro sitio y cuando la trajeron me llevé uno, que es el que tengo». «Me voy -confesó cuando se marchaba junto con su marido- muy contenta, pero podría irme mucho más».

Teresa Santiso, docente de quinto de primaria, compró varios décimos que repartió entre su familia. «Penso seguir traballando -dijo-, porque a maior lotería que che pode tocar é traballar neste centro». Otra profesora, que prefirió no identificarse, repartió la suerte entre sus nueve hermanos y tres cuñados. Pero ella se quedó con un buen pellizco.

Necesitan asesoramiento

El director del Insua Bermúdez, Tino Alvite, adquirió seis décimos y repartió cinco entre familiares y amigos. Alvite estaba muy contento por su suerte, pero también por los 400.000 euros del décimo que jugó el colegio. «Temos que asesorarnos -confesó- para ver como facemos con eses cartos, porque nunca antes se nos deu esta situación». Lo que tiene claro el director es que el dinero lo emplearán en mejorar las condiciones del colegio y en comprar material, y no en obras, que son responsabilidad de la Administración.

El décimo del Insua Bermúdez estaba ayer depositado en el centro educativo, pero pronto pasó a manos de empleados de Caixa Geral de Depósitos, que tiene una oficina al lado de la administración que regó Vilalba de millones.

«Penso seguir traballando, porque a maior lotería é estar neste centro», comentó una de las docentes agraciadas