Andreu Palou: «Habrá alimentos nuevos en Europa, como insectos o tejidos in vitro»
SOCIEDAD
El catedrático de bioquímica y experto en seguridad alimentaria defendió en la UIMP, en A Coruña, la eficacia del sistema europeo de control de productos
19 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.¿Un bocadillo de grillos?, ¿un entrante de cultivo de células o tejidos in vitro? No se extrañe, son algunos de los «nuevos» alimentos que la UE considerará como tales a partir de enero y que, si pasan las pruebas de seguridad, podrán ser consumidos. De ello habló ayer en la Fundación Barrié de A Coruña Andreu Palou (Palma, 1952), director del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología de la Universidad de las Islas Baleares, ex presidente del comité científico de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición y miembro del consejo de dirección de CiberOBN. Lo hizo dentro del ciclo Talento y Sociedad organizado por la UIMP.
-¿Podemos estar seguros de lo que comemos?
-Sí, razonablemente tranquilos. El riesgo cero no existe, pero el sistema que controla la seguridad de los alimentos en Europa es el más fiable del mundo. Si un elemento es evaluado en Europa como seguro, es aceptado por otros países, como China. Pero si es aprobado en Estados Unidos, China realiza sus propios análisis para evaluar su seguridad. Esto da idea del sistema fiable y garantista que tenemos en Europa.
-¿Podemos fiarnos también de lo que nos venden como saludable?
-Aparte de garantizar la seguridad, se está dando el paso hacia la eficacia, a evaluar las propiedades de salud que desde la publicidad se nos venden como fantasiosas o falsas. Así, en los últimos diez años se ha ido implementando un reglamento de Declaración de Salud de los Alimentos, de tal forma que si en el 2007 había 44.000 eslóganes que se podían decir, después de pasar un filtro y eliminar repeticiones quedaron 4.637 y, de ellos, solo fueron autorizados 267. Se ha hecho una evaluación muy rigurosa.
-Usted habló sobre retos y oportunidades para unos nuevos alimentos seguros. ¿Cuáles son?
-En enero entra en vigor la modificación de nuevos alimentos existentes, en el que se crea una nueva categoría posible de alimentos, siempre que se evalúa su seguridad, de tal forma que podrán pasar a la cadena alimentaria. El nuevo reglamento es una oportunidad para el desarrollo de nuevos alimentos, como insectos o de otros procedentes del cultivo in vitro de células y tejidos.
-¿Y cuáles son las amenazas a las que hay que estar atentos?
-El cambio climático es una de ellas, porque puede afectar al desarrollo de organismos de una manera que no esperamos. Pero también hay un aspecto bastante importante, y que no se tiene muy en cuenta, que es el de los riesgos asociados con el cocinado de los alimentos. Por ejemplo, la acrilamida, una sustancia química probablemente cancerígena que se forma al cocinar a elevadas temperaturas, como por ejemplo las patatas fritas.
-¿Significa esto que recibiremos recomendaciones de cómo freír las patatas fritas?
-Sí, creo que la norma estará lista este año. Habrá una serie de normas para eliminar la acrilamida, como no superar los 145 grados de temperatura, remojar antes las patatas crudas en agua..., que serán tanto de cumplimiento para la industria como en los hogares.
-También es experto en nutrigenómica. ¿Algún día todos nos haremos un test genético para saber qué debemos comer o no?
-Yo creo que sí, que llegará a ser bastante habitual y que también se combinará nuestra información genética y epigenética con la de la composición de los alimentos. Ocurrirá en pocos años y ya hay proyectos a nivel experimental.
-Usted demostró que un componente de la leche materna, la leptina, protege contra la obesidad. ¿Es así?
-Sí, creo que podría decirse que cuanto más leche materna, menos niños gordos, ya que reduce el riesgo de obesidad y diabetes frente a los que nunca tomaron leche materna.