Christopher Crawford, el pequeño sometido a 13 cirugías innecesarias por culpa de su madre

C. Barbería REDACCIÓN

SOCIEDAD

Kaylene Bowen fue detenida y enviada a prisión acusada de maltrato tras simular durante años que su hijo padecía cáncer y un trastorno genético raro

14 dic 2017 . Actualizado a las 22:17 h.

Su calvario empezó incluso antes de nacer, cuando su madre ya embarazada acudió a un hospital asegurando que llevaba una semana entera registrando temperaturas de más de 42 grados. Poco después llegó al mundo Christopher Crawford. Fue un bebé prematuro que nació en el 2009 tras 33 semanas de gestación. Desde su nacimiento y hasta el 2009 fue atendido sin motivo más de 300 veces en diversos hospitales y centros pediátricos de Dallas y Houston (Texas, Estados Unidos) y sometido a 13 cirugías. Y todo ello, según relata su padre al diario Star-Telegram, por insistencia de su madre y sin justificación médica.

El pasado 6 de diciembre, la justicia le dio la razón y Kaylene Bowen, la madre del pequeño, fue detenida y enviada a prisión acusada de maltrato a su hijo. El comportamiento de la madre podría deberse a que sufra síndrome de Munchausen, un trastorno en el que una persona tiende a exagerar o crear síntomas médicos propios o ajenos para tratar de llamar la atención.

El periplo judicial de Ryan Crawford, el padre del niño, fue toda una odisea. «Ella siempre decía que Christopher estaba enfermo. Cada semana. Cada mes. Ella siempre decía: 'Hay algo mal. Él tiene algo'», explica. Pero él sabía que eso no era cierto y gastaba todos sus esfuerzos en tratar de demostrarlo.

Al principio, Kaylene Bowen aseguraba que Christopher sufría un trastorno genético raro, más tarde que era cáncer e incluso llegó al punto de intentar que lo incluyesen en la lista de trasplantes para obtener un nuevo pulmón. El comportamiento extremo de la madre la llevó a cear páginas en las que recaudar dinero -reunió más de 8.000 dólares- para tratar las dolencias de su hijo.

Y cada vez que el padre acudía a los tribunales para tratar de desmontar su versión, solo estaba su palabra contra la de la madre, y Kaylene Bowen, jugaba con ventaja. Ryan Crawford explicaba que las lágrimas que la progenitora derramaba en cada sesión generaban empatía en el juzgado, mientras que su insistencia solo encontraba rechazo. «Cada vez que fui a los tribunales, me hicieron sentir el peor humano que haya existido», reconoce.

En una de las vistas judiciales en el 2012, Kaylene Bowen aseguró que su hijo había tenido una parada cardíaca después de una visita de su padre. Ante tal situación, el juez le prohibió volver a visitarlo.

Ryan Crawford comenzó a ver la luz de nuevo cuando cambió de abogado en el 2014 y solicitó la custodia del pequeño. Finalmente, el personal médico determinó que Christopher no padecía cáncer ni que tampoco sufría muchos de los síntomas que su madre había descrito, y que por supuesto, tampoco necesitaba ningún trasplante. Pero Ryan continúa todavía hoy luchando por su hijo. Ahora, por tratar de llevárselo a casa, ya que por el momento, y como no conoce lo suficiente a su padre, los Servicios Sociales han optado por trasladarlo a una casa de acogida. «Es horrible que mi hijo haya tenido que pasar por este tipo de tortura. El sistema tiene que estar pendiente de todas las debilidades que existen porque los niños no se lo merecen», reflexiona.