Alemania prohíbe los relojes infantiles inteligentes porque pueden usarse para espiar

f. s. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

SAM YEH | AFP

El regulador alemán de telecomunicaciones cree que servirían para realizar escuchas ilegales en lugares como colegios

19 nov 2017 . Actualizado a las 09:37 h.

Son relojes infantiles inteligentes. Pero pueden convertirse en un instrumento ilegal de escuchas y espionaje. Esa es la conclusión a la que ha llegado el regulador de telecomunicaciones de Alemania, que ha prohibido la venta de los smart watches destinados a los más pequeños, aquellos que pueden utilizar los padres para controlar a sus hijos. Pero este organismo va incluso más allá e insta a los progenitores a que destruyan los dispositivos, porque vulneran la ley alemana.

Las autoridades anunciaron también que ya se habían adoptado medidas que afectaban a varias empresas que venden este tipo de productos, pero de momento no han trascendido los nombres de las compañías.

Los usuarios potenciales de estos relojes son niños de entre 5 y 12 años, según informa la BBC. «A través de una aplicación, los padres pueden usar esos relojes para escuchar en secreto el entorno de un niño. Deben ser vistos como transmisores prohibidos», aseguró en un comunicado Jochen Homann, presidente de la Agencia Federal de Redes. «Nuestra investigación también ha demostrado que los padres han usado los relojes para escuchar a los maestros en el aula». Aunque también se cuestiona la seguridad de las comunicaciones de este tipo de transmisores, ya que no se descarta personas ajenas al dispositivo podrían piratearlo para tener información. 

Datos sin encriptar

Alemania ya retiró del mercado el pasado febrero una muñeca inteligente que interactuaba con los niños porque consideraba que tenía brechas que podían ser utilizadas para obtener datos personales de los menores y sus familias. Las autoridades noruegas criticaron hace meses el hecho de que este tipo de juguetes y dispositivos no envíen información encriptada.

En España, organizaciones de consumidores avisaron durante las pasadas Navidades de los peligros de las muñecas y robots espías y Estados Unidos optó por abrir una investigación federal.