Premian tres tecnologías nacidas en la universidad que han llegado con éxito a la empresa
SOCIEDAD
La automoción, los residuos ganaderos y la salud ocular son los campos beneficiados en estos proyectos
08 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Los mataderos entregan habitualmente uno de sus principales desperdicios, la sangre, a gestoras de residuos que se encargan de deshidratarla, quemarla y convertirla en harina. Lo hacen a muy alta temperatura, por lo que sus proteínas se desnaturalizan. El departamento de Enxeñaría Agroforestal de la Universidade de Santiago ha patentado un sistema que permite conservar un mayor nivel de proteínas utilizando evaporadores múltiples, lo que implica no superar los setenta grados de temperatura. Con esta harina se elaboran piensos, fertilizantes y otros productos como aditivos para aumentar la eficacia de los extintores o cosméticos. Y con este proyecto el grupo de investigación que dirige Jose Manuel Magide ha logrado el premio al mejor trabajo de investigación aplicada dentro de los galardones que promueve la Real Academia Galega de Ciencias en colaboración con la Axencia Galega de Innovación.
Magide asegura que de momento no han elaborado todavía la máquina, «y precisamente con el dinero del premio vamos a hacer un pequeño prototipo y demandaremos la colaboración de las empresas porque queremos usarlo en un matadero». Y es que, añade este investigador, no solo se conservan mejor las proteínas en la harina, sino que se reducen los costes energéticos y se hace más eficiente el proceso al elaborarse en el matadero.
Con estos premios a la transferencia en tecnología en Galicia la Academia de Ciencias quiere constatar algo muy cierto, que la ciencia de los centros de investigación no se queda en los laboratorios, sino que llega a los mercados y al tejido productivo.
Es el caso de HGBeyond Materials Science, una spin-off que nació de la Universidade de Santiago basada en las investigaciones de los socios fundadores Ángel Concheiro y Carmen Álvarez Lorenzo, profesores de Farmacia. Han recibido el galardón al mejor caso de éxito empresarial en la categoría de pymes. Y lo han hecho por elaborar una tecnología que permite que la lente de contacto capte un fármaco y lo vaya liberando de forma gradual y controlada en el ojo. Manuel Ventura, el responsable de la empresa, asegura que el gran acierto de este sistema es que no interfiere en la capacidad de la lente para la corrección de la visión, «se trata de moléculas captadoras de fármacos que además tienen gran versatilidad, por lo que podrían utilizarse con casi todos los fármacos que se usan en oftalmología», cuenta Ventura. De momento van a comenzar con un producto sanitario, no un fármaco, para evitar las molestias, la irritación y la sequedad que producen las lentes de contacto. Ya están realizando las pruebas con animales y en el 2019 confían en comercializarlo en Europa.
En otros casos la transferencia de tecnología se produce ya en el marco de una colaboración. Como la que mantienen desde hace más de diez años el grupo de tecnología energética de la Universidade de Vigo con la filial española de la multinacional Borgwarner. En este caso la tecnología premiada es una herramienta de software que ayuda en el diseño y permite predecir el comportamiento de los sistemas anticontaminación de vehículos. Esto implica una reducción de tiempo y costes para la empresa, y, como explica Concepción Paz, la responsable del grupo de investigación, minimiza los ensayos necesarios que debe hacer todo prototipo.