Antonio Manuel Villar , ganador del A1: «Este gran regalo me llega justo ahora que pensaba cambiar de coche»

Antón S. Rodríguez A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR QUIAN

El viernes le dimos la noticia en Madrid. Ayer acudió a la cita en el concesionario para conocer su flamante Audi

15 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio Manuel Villar Rivas (A Coruña, 1955) se fue a Madrid el pasado jueves por asuntos de familia y regresó ayer sábado. Y en los tres días le fue imposible desconectar de la promoción de Audi. Vean si no: jueves, justo antes de coger el coche rumbo a la capital, durante el desayuno, completa un panel de la cartilla. «Así que llamé para decir que era finalista». El viernes por la tarde, mientras visitaba a un pariente, recibió la llamada de La Voz de Galicia («Enhorabuena Antonio, te ha tocado el A1»). Así que ayer, en lugar de venir con calma y parando a comer por el camino, se pegó el madrugón para estar en el concesionario Arrojo en Perillo y conocer en persona su nuevo coche.

-Lamentamos el estrés que le hemos ocasionado.

-Con regalos así es maravilloso andar apurado. Temí no llegar a tiempo porque había niebla por Lugo y Betanzos, pero aquí estoy.

-¿Y qué le parece su regalo como lector de La Voz?

-Me encanta, Audi es una muy buena marca, se ve que es un buen coche. Y además, este gran regalo nos llega justo ahora que queríamos cambiar uno que tenemos desde el 2003, mi mujer y yo buscábamos algo más pequeño ahora que los chavales se han ido de casa. Y mira…

-Usted es abuelo reciente.

-Se llama Mateo y nació hace dos meses. Si hoy tuviera 18 años el coche ya iba directo para él.

-¿Y para sus hijos?

-Mi hija ya tiene su vehículo familiar, y mi hijo vive en Barcelona, donde trabaja de cocinero, y no conduce, nunca le gustó, no tiene ni carné, pero se desenvuelve bien con el transporte público. Cuando los llamé para decirles lo del premio no me creían, tuve que darles mucha información para que me creyeran.

-Y no es la primera vez que cubre una cartilla de La Voz.

-Qué va, y reconozco que daba rabia cuando me quedaba por uno o dos números. Y esta vez, justo cuando nos íbamos para Madrid, voy y completo la cartilla.

-¿Cuál es su vínculo con el periódico?

-De siempre, no soy suscriptor, pero recibo todos los días el periódico, como si lo fuera. En Pontejos, donde vivo, hay un quiosquero que me deja La Voz en la puerta de casa. Era una costumbre que tenían mis suegros y cuando murieron decidimos seguir con ella. Solo tenemos que acordarnos de darle una llave del portal cuando cambian la cerradura [ríe].

-Déjeme adivinar la sección que más lee estos días… teniendo un hijo en Barcelona.

-Pues claro, yo soy militar en la reserva y estamos esperando acontecimientos. No sé qué quieren hacer unos y otros en Cataluña, pero confío en que todo se resolverá de manera tranquila.