La reforma de la ley antitabaco busca disminuir el consumo entre los jóvenes

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Los entornos hospitalarios, asignatura pendiente. Pese a la prohibición expresa de fumar en los recintos sanitarios, lo cierto es que las colillas y la gente fumando son constantes
Los entornos hospitalarios, asignatura pendiente. Pese a la prohibición expresa de fumar en los recintos sanitarios, lo cierto es que las colillas y la gente fumando son constantes SANDRA ALONSO

La Xunta realizó 2.435 inspecciones en el 2016 por vulnerar esta norma, y casi el 20 % acabaron en sanción

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Ley 28/2005 y su posterior modificación del año 2010 ha tenido efectos muy positivos en el control del tabaquismo. El Ministerio de Sanidad, en una respuesta a Izquierda Unida en el Congreso, asegura que la exposición al humo ambiental de tabaco se redujo drásticamente, en más de un 90 % en los locales de hostelería. Pero, aun así, y pese a que son muchos los datos de su eficiencia, también hay áreas de mejora e incumplimientos. Y el Gobierno cita dos: las terrazas de hostelería y los espacios al aire libre de los hospitales, en donde se sigue fumando, pese a la prohibición expresa.

También hay un colectivo en el que las medidas recogidas en la ley no han calado mucho, el de los jóvenes. Porque es cierto que los datos de consumo de tabaco en la adolescencia han bajado en los últimos años, pero no en la medida suficiente. Sanidad debe trasponer una directiva europea, la 2014/40/UE, para lo que se aprobó un real decreto que regula aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y relacionados. Este proceso requiere modificar de nuevo la ley 28/2005 para dar respuesta a las nuevas exigencias «y aspectos de mejora en materia de protección de la salud y prevención del tabaquismo», explica el Gobierno en su respuesta parlamentaria.

Estas nuevas medidas incluyen aumentar las advertencias sanitarias al 65 % de la superficie de ambas caras en los paquetes de cigarrillos, o la prohibición de aromas característicos o aditivos como son la cafeína, la taurina o vitaminas, así como la regulación de los cigarrillos electrónicos. Con ello, defiende Sanidad, disminuirá el atractivo de estos productos para los jóvenes, reduciendo su consumo.

El Ministerio también trabaja para dar mayor impulso a la prevención del inicio del tabaquismo con campañas informativas especialmente entre jóvenes. Precisamente el Consejo Económico y Social (CES) acaba de avalar la reforma de la ley antitabaco, por este enfoque protector de la salud de los menores. No obstante este órgano insiste en que no se pueden solucionar todos los problemas del tabaquismo con medidas prohibitivas, sino que es necesario generar una cultura de responsabilidad, sobre todo entre los propios menores, para minimizar con ello los riesgos para su propia salud.

La Consellería de Sanidade lleva a cabo una actividad inspectora para garantizar el cumplimiento de la ley antitabaco desde su puesta en marcha, bien de oficio o por la existencia de denuncias previas. En el último año fueron 2.435, y casi el 20 % acabaron en sanción. En concreto, según los datos de la Administración sanitaria, 451 de las inspecciones acabaron en una sanción en el 2016, el 58 % leves y el resto graves. No se registró ninguna muy grave. Desde Sanidade explican que los motivos más frecuentes que dan lugar a este tipo de infracciones son fumar en lugares prohibidos, que está tipificado como leve; permitir fumar en estos lugares, que en este caso está catalogado como grave; ausencia de la señalización correspondiente o venta de tabaco, ambas recogidas como faltas leves en la legislación estatal.

Los expertos defienden los efectos de la norma y aconsejan elevar el precio de la cajetilla

Los expertos sanitarios tienen una opinión muy similar al ministerio en el sentido de que los jóvenes son un colectivo a proteger. Pedro Jorge Marcos Rodríguez, neumólogo presidente de la Sociedade Galega de Patoloxía Respiratoria (Sogapar), asegura que la ley del 2005 y, sobre todo, su modificación del 2010 han tenido efectos en la salud «pero en el rango de gente joven no han impactado». Que sea restrictiva no implica, apunta Marcos, que haya logrado ser efectiva en uno de los principales colectivos «porque la restricción se ha hecho en donde no están los chavales, creo que hay que ir por otras vías», apunta, como la de elevar el precio del tabaco «que sí se ha visto que disminuye la tasa de tabaquismo en la población adolescente».

Que quizás los más jóvenes sean aún una tarea pendiente de la legislación no quiere decir que esta ley no haya tenido efectos claros en la salud de la población. En este sentido, el presidente de la Sogapar afirma que han disminuido las consultas por urgencias y los síndromes coronarios agudos. En patologías como la EPOC o el cáncer de pulmón los beneficios se verán con el tiempo, ya que son necesarios diez o veinte años desde la puesta en marcha de la ley para analizar sus consecuencias.

Otra de los ventajas que han advertido los profesionales de la salud es que mucha más gente se plantea dejar de fumar «y está claro que antes de dejar de fumar hay que planteárselo», concluye Marcos. El presidente de la Sogapar apuesta por campañas que lleguen a la gente joven «y con las que vean que no es atractivo fumar», concluye.