La obesidad infantil en el mundo se multiplicó por diez en cuarenta años

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

José Pardo

Si la tendencia no se revierte, en poco tiempo habrá más niños gordos que sanos

12 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el mundo hay más personas obesas que desnutridas. La certificación oficial llegó el pasado año en un macroestudio publicado en la revista científica The Lancet. Era la constatación de la amenaza que los médicos y nutricionistas venían advirtiendo desde hace años, la de la creciente epidemia de la obesidad que, a su vez, deriva en otra de diabetes. El trabajo aportaba otro dato para la reflexión: la obesidad en adultos se había triplicado desde 1975. Pero no era más que la punta del iceberg de un problema que ahora se empieza a desvelar en su verdadera magnitud y que se manifiesta en una nueva investigación difundida en la misma publicación. Y los protagonistas no son los adultos, sino los niños: la obesidad entre pequeños y adolescentes ha crecido mucho más rápido aún, hasta el punto de que se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años. Si en 1975 había once millones de menores con un índice de masa corporal preocupante, en el 2016 ya eran 124 millones. Lo peor es que la tendencia no se detiene, por lo que, de continuar en la misma senda, en el 2022 habrá más jóvenes obesos que con bajo peso. 

El problema no es que coman mucho, sino que se alimentan mal, a lo que se une el sedentarismo y la falta de ejercicio. La prueba es que donde este problema de salud se ha desbocado ha sido en los países de ingresos medios o bajos, en los que existe un menor acceso a los alimentos saludables. Por contra, en los estados más ricos la obesidad, aunque preocupante, se mantiene estable. En España, por ejemplo, el porcentaje de menores afectados ronda el 18 %, según el último estudio Aladino, una cifra similar a la de la investigación precedente, e incluso más baja. 

Alimentos poco saludables

Las regiones del mundo con un mayor aumento en el número de pequeños y adolescentes obesos son Asia oriental, Oriente Medio y África del norte. Nauru (Micronesia) es el país con mayor prevalencia de niñas con exceso de peso (33,4 %) e Islas Cook (Pacífico Sur) de niños (33,3 %).

«La situación predice una generación de niños y adolescentes obesos y con mayor riesgo de enfermedades, como la diabetes. Necesitamos alimentos saludables y nutritivos más accesibles en el hogar y la escuela, y regulaciones e impuestos para proteger a los más pequeños de los productos no saludables», explica Majid Ezzati, investigador del Imperial College de Londres y uno de los autores principales de un trabajo en el que se analizó el peso y estatura de casi 130 millones de personas mayores de 5 años, de las que 31,5 millones tenían entre 5 y 19 años. Bebidas azucaradas, bollería industrial y comida ultra procesada muy alta en calorías y pobre en nutrientes son productos de los que no se debe abusar. Pero se hace, pese a la gravedad del problema. Y a ello se une el sedentarismo acentuado por las nuevas tecnologías.

«Estos datos ponen de manifiesto, recuerdan y refuerzan la idea de que el sobrepeso y la obesidad son una crisis mundial de salud que seguirá empeorando, a menos que comencemos a implantar medidas drásticas», destacó la coordinadora del programa de vigilancia y prevención poblacional de las enfermedades no transmisibles (MNT) de la OMS, Fiona Bull. El organismo sanitario también ha participado en el estudio.