Galicia orienta la arqueología digital

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Murallas del «oppidum» de San Cibrao de Las. La tecnología demostró que los muros suponían una barrera visual, tanto desde dentro como desde fuera del recinto, para proteger un espacio religioso
Murallas del «oppidum» de San Cibrao de Las. La tecnología demostró que los muros suponían una barrera visual, tanto desde dentro como desde fuera del recinto, para proteger un espacio religioso Santi M. Amil

Investigadores del Incipit prueban una metodología propia que extrae un mayor rendimiento de la tecnología espacial

28 sep 2017 . Actualizado a las 17:52 h.

Radares, sistemas de información geográfica basados en los datos aportados por los satélites... La investigación arqueológica y del patrimonio hace ya tiempo que ha incorporado la tecnología geoespacial como herramienta para avanzar en sus investigaciones. Pero no siempre con los resultados deseados, porque más que como una ayuda, como un medio para conseguir un objetivo, se han utilizado como un fin en sí mismo. O como la razón misma de un proyecto en el que no se sabía muy bien que es lo que se quería buscar.

Este abuso improductivo de las nuevas técnicas es el que ha demostrado en su tesis el investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio de Santiago (Incipit-CSIC) Pastor Fábrega Álvarez, que ha desarrollado una metodología para conseguir un mejor aprovechamiento de la tecnología geospacial en el análisis de los paisajes arqueológicos. De lo que se trata es de orientarlas, dirigirlas para dar respuesta a una hipótesis determinada planteada por los investigadores. Luego, a partir de las tecnologías de información geográfica y de una aplicación informática, realizar una representación digital en tres dimensiones de cada entorno de estudio capaz de confirmar o no el planteamiento inicial. No se trata de una reconstrucción del patrimonio de la antigüedad, ya que en muchos casos no existen suficientes datos para recrearlo, sino de modelizarlo utilizando como variables la movilidad y los puntos de visibilidad de los paisajes arqueológicos.

«O que fago no traballo é unha revisión crítica de estas tecnoloxías, porque moitas veces son moi golosas para xustificar de por si unha investigación e lexitimala, pero isto é un erro, porque hai que ter primeiro unha hipótese previa. Se non, o resultado é ningún», explica Fábrega. Su método se aplicó con éxito a cuatro casos de estudio: el viario histórico al sur de Santiago; las estatuas-menhir del sur de Ourense y norte de Portugal; las murallas del oppidum de San Cibrao de Las y los castros de varios ríos gallegos, fundamentalmente el Ulla.

Murallas del «oppidum» de San Cibrao de Las. La tecnología demostró que los muros suponían una barrera visual, tanto desde dentro como desde fuera del recinto, para proteger un espacio religioso
Murallas del «oppidum» de San Cibrao de Las. La tecnología demostró que los muros suponían una barrera visual, tanto desde dentro como desde fuera del recinto, para proteger un espacio religioso Santi M. Amil

En este último caso, por ejemplo, se quiso probar la hipótesis de que la ubicación de los castros estaba orientada a ejercer un control visual sobre puntos estratégicos localizados en zonas de paso de los ríos. En la prehistoria, supuestamente, aún no existían puentes, aunque es posible que sí hubiera vados. El modelado espacial del entorno reveló en las fortificaciones castrexas zonas de visión privilegiadas hacia los lugares de paso fluviales.

Simular escenarios sobre lo que ocurrió en el pasado

La nueva metodología desarrollada por los investigadores gallegos, que permite orientar la tecnología geoespacial a una mejor comprensión de la historia y el patrimonio, permitirá abrir nuevas líneas de investigación que avancen hacia una arqueología que ayude a comprender «la relación entre la construcción del paisaje y sus implicaciones sociales», según destaca César Parcero, científico del Incipit y director de la tesis. «La revolución en las tecnologías de la información -añade- aporta a la arqueología la posibilidad de realizar cálculos masivos que permiten simular y modelizar diferentes escenarios sobre lo que ocurrió en el pasado y hacer cálculos estadísticos fiables sobre cuál es el más probable».

En esta línea se pronuncia Felipe Criado, director del Incipit, para quien la «arqueología digital es un nuevo desarrollo que implica un cambio de paradigma. No es solo una nueva técnica». En este aspecto explica que, la tesis de Pastor Fábregas también ayudará a avanzar en campos como la ordenación del territorio, la percepción visual o el estudio de interacción entre procesos cognitivos y ambiente.

En otro caso de estudio la metodología sirvió para apoyar la hipótesis de que las estatuas-menhir del sur de Ourense se colocaban ex professo cerca de los caminos. «Non o podemos demostrar, pero apoiamos a hipótese de que existe unha relación entre a mobilidade e a colocación das estatuas», apunta Pastor Fábrega.