Harald Zur Hausen: «No se puede dejar de vacunar a los bebés»

Víctor Núñez Jaime MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Mariscal | Efe

El científico alemán asegura que el 21 % de los cánceres están causados por infecciones de virus, bacterias o parásitos

26 sep 2017 . Actualizado a las 08:42 h.

Harald Zur Hausen es un científico alemán que posee el reconocimiento mundial otorgado por el Premio Nobel de Medicina. Lo recibió en el 2008 por descubrir que el virus del papiloma humano (VPH) es el principal desencadenante del cáncer de cuello de útero. Desarrolló una vacuna para prevenirlo y, desde hace más de una década, miles de niñas de varios países del mundo han sido vacunadas para que no padezcan la enfermedad. «El problema es que todavía no hay suficiente población vacunada», dice después de haber pronunciado una conferencia en Madrid sobre la investigación y la prevención del cáncer, organizada por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, el canal de televisión La Sexta y la Fundación Axa.

«El VPH es el virus de transmisión sexual más frecuente, pero desde que se produce la infección hasta que aparece el cáncer pueden pasar 15 o 20 años y la gente puede pensar que no tienen riesgo», advierte Zur Hausen. Por eso considera necesario vacunar a todas las niñas. «Pero también debería ampliarse su administración en varones entre los 9 y los 14 años, antes de que comiencen a mantener relaciones sexuales, ya que son los principales transmisores del virus y, entre los 15 y 40 años, suelen tener más parejas de media que las mujeres. Con la vacuna les protegemos a ellos y a sus parejas», insiste tras aclarar que «la vacuna contra el papiloma humano, en concreto, es de las más seguras, pues solamente hay un caso de efecto adverso por cada 100.000».

«Debería haber más campañas sobre los peligros de comer demasiado»

El nobel fue taxativo a la hora de valorar por qué hay padres que deciden no vacunar a sus hijos, una peligrosa tendencia que, por ejemplo, ya ha generado brotes de sarampión en Europa. «Yo le diría a quien tiene dudas sobre la vacunación de sus hijos que no hacerlo pone en riesgo a sus niños y a las zonas donde viven. No se puede dejar de vacunar a los bebés. Las vacunas que suministraron a quienes hoy son padres y abuelos han contribuido a que, en general, la salud sea mejor actualmente. Y así debe seguir siendo», señala el expresidente del Centro de Investigación sobre el Cáncer de Alemania. En España, esta enfermedad es la segunda causa de muerte más frecuente, solo por detrás de las enfermedades cardiovasculares. Gracias a diferentes investigaciones hoy existen fármacos y programas de prevención que logran cifras de curación inimaginables hace apenas dos décadas (80 % en algunos tipos de cáncer, como el de mama).

«En las últimas décadas se ha descubierto que hay un nexo entre numerosos agentes infecciosos y cánceres específicos», explica Zur Hausen. «Alrededor del 21 % de los casos puede estar relacionado con infecciones de virus, bacterias o parásitos, lo que tiene implicaciones en el estudio y la prevención del cáncer».

El médico alemán lamenta que no se tomen más medidas contra hábitos «dañinos y determinantes» en la aparición del cáncer, como la obesidad o el consumo de alcohol, y ofrece como ejemplo la eficacia de las políticas que se han puesto en marcha para controlar el consumo de tabaco, que ya han logrado un descenso de casos de cáncer de pulmón. Él mismo, basado en sus investigaciones, ha cambiado algunos hábitos cotidianos: ha dejado de comer carne de vacuno, porque puede dar lugar a cáncer de colon, y camina todos los días. «Debería haber más campañas sobre los peligros de comer demasiado o sobre la importancia de llevar una dieta saludable», recomienda. Este científico, que ha sido profesor en universidades de Estados Unidos, brinda un trato afable a sus interlocutores y solo salta cuando se le recuerda la polémica suscitada después de ganar el Premio Nobel, pues dos de las personas que participaron en las votaciones estaban vinculadas a la farmacéutica AztraZeneca, la empresa que posee la patente de la vacuna contra el VPH. «Me molestó mucho porque eso no tuvo nada que ver. Pero al final decidí no tomarlo en cuenta», dice. Y zanja el asunto con una sonrisa.

Sobre los futuro tratamientos del cáncer asegura que pasarán por usos más innovadores de la quimioterapia, la radiología y la cirugía. Sin cerrar la puerta a las terapias génicas.