«¿No se nos está yendo un poco de las manos esto del detalle por cada diente?», reflexiona en alto el autor
27 sep 2017 . Actualizado a las 14:55 h.En los últimos días dos cartas protagonizadas por el Ratoncito Pérez se han convertido en virales, aunque por asuntos bien distintos.
Una de ellas la firma un músico y diseñador madrileño afincado en Segovia, Álvaro Fraile, quien, el pasado día 13 de septiembre no dudó en compartir con todos sus amigos y seguidores de Facebook una anécdota vivida junto a su hijo y otro niño al que por cada diente caído el Ratoncito Pérez le había dejado 50 euros. Una carta que invita a la reflexión (y a la cordura) sobre en lo que se han convertido ciertas celebraciones infantiles. Para algunos, un sinsentido de regalos.
Esto es lo que relata en Facebook Álvaro Fraile sobre la conversación entre su hijo (Guille) y un amigo en un supermercado:
-Amigo: Hola Guille! ¿Qué tal? ¡Ah! Se te han caído los dientes a ti también!!! Qué te ha dejado el Ratoncito Pérez?
-Guille: ¡Hooola!!! A mí 2 euros
-Amigo: ahá… ¡¡¡a mi 100 euros!!!
(espera un momento! Este niño se ha equivocado no?)
-Guille: ¡¡¡100 euros!!!
-La cajera del súper: ¡¡¡100 euros!!!!
- Amigo: Sí! 50 euros por cada diente y como se me han caído estos dos…
- La cajera del súper: ¡¡¡100 euros!!!!!!
- Guille: Ah, qué bien…
- Amigo: bueno… ¡adiós!
- Guille: adiós…
- La cajera del súper: ¡¡¡Joder con el Ratoncito!!!!!
Tras recoger esta charla, el autor de la carta tira de ironía para dirigirse al famoso roedor, del que, se cuenta -y se recoge en la publicación-, que en otra casa dejó una bicicleta.
«En realidad no sé qué decirte… tú eres sabio, y conoces bien lo que cada niño necesita o le viene bien… además ¿quién soy yo para decirte lo que tienes que dejar en cada casa?», comenta en Facebook Álvaro Fraile, antes de directamente preguntar: «¿No se nos está yendo un poco de las manos esto del detalle que deja el Ratón por cada diente? Seguramente hay dientes que valen más que otros… pero… no sé… »
Muchos usuarios identificados con la publicación
Álvaro Fraile, que aclara a La Voz que escribió la carta de forma inocente, no se esperaba tanta repercusión (en pocos días ya la habían compartido más de 20.000 personas). Aún así, entiende que lo que movió a tantos padres a opinar era el haberse sentido identificado con la publicación. «Creo que realmente el caso de este niño al que le dejaron 100 euros es aislado. Sin embargo, es cierto que se nos está yendo la cabeza con algunas celebraciones y estamos olvidando ciertos valores. Parece que cada padre tiene que hacer más que el anterior», opina el músico madrileño.
Sobre la anécdota del supermercado, Álvaro Fraile aclara que le reafirmó aún más en cómo procedió el Ratoncito Pérez en su casa (dejando dos euros). «Con niños de edades como estas -de entre seis y siete años-, hay que conservar la magia. Conseguir que la espera por el detalle del Ratoncito sea aún una ilusión», reflexiona de nuevo en alto. «Debería ser un detalle afectivo», añade.
«No sé si por inocente o por no ser aún muy consciente del valor del dinero, mi hijo Guille no volvió a comentar lo sucedido en el supermercado», comenta con cierto alivio el autor, descartando que se llegase a plantear el por qué del reparto desigual del Ratoncito Pérez.
La genial carta del Ratoncito Pérez para que un niño se lave los dientes
La segunda carta que estos días los usuarios de redes sociales no cesan de compartir (ya sea en su versión original en inglés o con adaptaciones en castellano) es la escrita originalmente por Henry Warren, un padre londinense que preocupado por el escaso entusiasmo e irregularidad que mostraba su hijo Sam a la hora de lavarse los dientes, ideó un ingenioso plan -mundialmente alabado- para convencerle. El pequeño, al despertarse, en vez de encontrar un regalo del Hada de los dientes -Tooth fairy- (en los países anglosajones es esta hada y no el Ratoncito Pérez la encargada de recoger los dientes de leche de los niños y dejar en su lugar un presente) se encontró una carta formal del despacho de Barry T. Tooth Fairy, alertando de las malas condiciones de la pieza que había recibido. El escrito no tiene desperdicio:
«Querido Sr. Warren,
Esta carta es para informarle de que he recibido su diente y está siendo debidamente procesado en nuestro sistema.
Habrá notado que ha habido un retraso en el pago por el diente. Sr. Warren, tengo que informarle de que esto se debe a las condiciones en que hemos encontrado dicho diente. Esperamos una cierta cantidad de desgaste en los dientes que evaluamos. Sin embargo, en este caso su diente ha tenido que ser remitido al comité para someterse a análisis adicionales.
Creemos que es debido a una falta de atención y cuidado por su parte. Hemos detectado restos de Fanta y porciones residuales tanto de cereales como de chocolate, que no han sido eliminados apropiadamente mediante la técnica del cepillado dental. Le recomendamos que revise su práctica urgentemente.
Sr. Warren, aceptaremos el diente en esta ocasión pero necesitamos que nos asegure que las condiciones del próximo diente serán significativamente mejores, o nos veremos obligados a denegar el pago.
Sinceramente suyo».