Montserrat Fernández, madre de acogida: «Los bebés que acogemos nos unen y nos ayudan a educar a nuestros hijos»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Santi M. Amil

Galicia cuenta con 302 hogares abiertos a acoger menores temporalmente

20 sep 2017 . Actualizado a las 19:22 h.

Hace trece años Montserrat Fernández vio un cartel en Oviedo. «Se buscan abrazos», leyó. Era el eslogan de un programa de Cruz Roja que buscaba familias para acoger a menores que, por distintas razones, no podían ser atendidos temporalmente por sus padres o por familiares cercanos. No trabajaba fuera y durante toda su vida había querido aportar su grano de arena a la sociedad. Lo habló con su marido y dieron el paso de ir a un curso enfocado a potenciales hogares acogedores. Desde el 2004 Montse y su esposo llevan dando sus abrazos a niños. La mayoría son bebés como el pequeño que hace unos días apareció en el interior de un contenedor de basura en Ourense.

Ahora tienen en acogida a una niña de dos años y a un pequeño de solo quince días. Por las manos de esta mujer que desde hace unos años vive en San Cibrao das Viñas han pasado 15 bebés. Algunos se han quedado un par de semanas, otros han estado varios años. «Hubo uno que estuvo dos semanas, mientras su madre se recuperaba del parto. Aunque la norma indica que lo recomendable es que sean estancias temporales, otro se quedó hasta los 5 años», recuerda.

Los dos niños que tiene ahora en acogida son parte de los 222 que, según los datos que maneja la Consellería de Política Social, fueron acogidos durante el primer semestre del año por 170 hogares que no tenían ningún tipo de lazo con ellos. La Xunta dispone de dos programas diferentes para acoger a menores. Por un lado, está el que les busca un hueco en la casa de alguien de su familia extensa, un programa gestionado por Aldeas Infantiles al que la Xunta destinó en el 2016 151.679 euros. Normalmente es la primera alternativa de los servicios de menores. El año pasado fueron 1.067 los menores que acabaron quedándose un tiempo con algún allegado. Por otro, que vayan a hogares externos. A este el Gobierno gallego dedicó 330.000 euros.

Cruz Roja es la encargada de programar en Galicia este último. Dispone actualmente de una cartera de 302 familias acogedoras en la comunidad, pero son necesarias más. ¿Por qué? «No todas valen para cuidar a todos los que precisan un hogar temporal -explica la coordinadora de Familias Acogedoras de esta oenegé, Mónica Castelao- La razón es que hay desde bebés a chavales que tienen 17 años. Las características de unos u otros no son las mismas, desde luego. Los bebés no pueden estar con alguien que trabaje porque aún son pequeños para ir a la guardería; cuando son estancias temporales cortas, lo mejor es que no cambien de colegio, entonces conviene alguien que esté en la zona donde vivían con sus familiares... Los grupos de hermanos también han de ir a una casa más grande porque lo conveniente es no separarlos... ».

Para Montse, por ejemplo, lo ideal son los bebés. Acoge a niños de menos de diez años, la edad de su hijo más pequeño: «Es algo que hay que consensuar con toda la familia. Al cuidar a niños más pequeños, mis hijos también son responsables de ellos. Esto es algo que nos ayuda a educarlos con unos valores que no palparían tan de cerca de otro modo porque no cabe duda de que de esta forma comparten todo con ellos. Desde los juguetes que tienen a los libros, la casa y a sus padres». Por experiencia anima a otras familias a hacer lo mismo. «Hay muchos que no lo hacen por el miedo a la despedida, pero hay que pensar que cada día tenemos que enfrentar muchas despedidas. Tenemos la casa llena de recuerdos», comenta. Y no deja de recomendar a otros que lo hagan.

«Son niños como todos, la diferencia es que durante un tiempo sus padres no pueden hacerse cargo»

Cuidarlo, alimentarlo, educarlo durante un tiempo y, sobre todo, no olvidar que hay que garantizar el derecho de los menores a estar en un hogar adecuado para su desarrollo, son las cosas que no puede olvidar cualquier familia que se convierta en acogedora. Para serlo no hay más que tener voluntad porque todos pueden aportar su grano de arena.

La coordinadora del programa de Cruz Roja, destaca, sobre todo, que hay que recordar que «son niños como todos, la diferencia es que durante un tiempo sus padres no pueden hacerse cargo». Las razones por las que no pueden son variadas, sobre todo en un momento en el que la sociedad ha cambiado y la red familiar es, en algunos casos, muy ajustada. «Las causas por las que entran en el programa son muy diferentes.-explica la coordinadora de Cruz Roja- No solo proceden de familias desestructuradas. Pueden darse casos de que, por una enfermedad, los padres han de echar mano de un programa de estos porque no tienen nadie que pueda colaborar con ellos...».

En Galicia, las familias acogedoras pueden optar a una ayuda económica. Desde la Consellería de Política Social explican que depende de los recursos económicos de cada hogar.

Además, disponen de otro tipo de ventajas para la vida diaria. Quedan exentas del pago de acceso a las escuelas que dependen de la administración, pueden usar los comedores escolares que dependen de la consellería de forma gratuita, tienen trato preferente en conceptos como vivienda, transporte...