El debate sobre el uniforme escolar unisex pasa de largo en Galicia

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Ramón Leiro

El 90 % de las niñas escogen la falda en vez del pantalón en los centros que dejan elegir

18 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la carrera por implantar un uniforme escolar unisex, el debate pasa de largo en Galicia. Todavía son mayoría los colegios que no dan opción a las estudiantes de elegir entre llevar falda o pantalón y no hay un movimiento que abandere la pelea por eliminar las desigualdades en la vestimenta, como sucede en Inglaterra.

La decisión de la escuela Priory Lewes de East Sussex de implantar el uso de un uniforme de género neutro a partir de este curso ha supuesto un paso más al frente en Inglaterra, donde hasta 80 colegios han optado por dar libertad a los niños a partir de los 5 años para que decidan qué quieren ponerse sin importar su sexo dentro de una iniciativa que financia el propio Gobierno y que encabeza la asociación contra la homofobia Educate and Celebrate. Y es que la rebelión en las aulas contra el uniforme no solo atañe allí a las niñas, también a sus compañeros. Un grupo de chicos también protagonizó recientemente su particular protesta y acudieron con falda a clase para combatir el calor en junio, puesto que el reglamento de vestimenta masculina no contemplaba el pantalón corto.

La realidad en Galicia es que el debate sobre los uniformes sigue girando en torno al coste -especialmente cuando hay un distribuidor en exclusiva que dispara los precios- más que sobre los estigmas de sexo. Así lo explican en la Confederación Gallega de Ampas (Congapa), que agrupa a las asociaciones de padres y madres de escuelas privadas y concertadas. Y es que de los cerca de 200 centros que cuentan con uniforme escolar en la comunidad, el 75 % son concertados, según el último informe del Consello Galego da Competencia.

Libertad condicionada

En la práctica, en los colegios que permiten a las menores elegir entre la falda y el pantalón pocas optan por la segunda opción. Es el caso, por ejemplo del Bouza Brey de Vigo. «Hasta tercero o cuarto de primaria prácticamente el 100 % de las niñas reservan falda y, a partir de esas edades en las que ya empiezan a elegir ellas y no los padres, serán un 10 % solo las que escogen el pantalón, que es un modelo distinto al de chico, con corte femenino y bolsillo más alto», indican. La mayoría se decantan, libremente, por una prenda que las limita y obliga a estar pendientes de no enseñar nada, además de sobreexponerlas al frío en invierno, según los críticos de este atuendo.

«No es de sorprender», indica Rita Radl Philipp, directora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones Feministas y Estudios de Género (Cifex) de la USC, dedicado a la investigación sobre las relaciones y roles sociales de las mujeres y los hombres en Galicia. «Es una cuestión de moda, un ámbito en el que las diferencias siguen estando muy acusadas. En los medios y revistas se remarca constantemente el tema de la belleza, de la falda y del vestido, de la estética frente a la funcionalidad, porque restan libertad de movimiento frente al pantalón, y es algo que tenemos muy interiorizado las mujeres, ya desde pequeñas», continúa.

«No me parece adecuado el uso del uniforme, porque supone una diferenciación de entrada en función del sexo que salta a la vista. Lo ideal sería que desde niñas se erradicaran todas estas diferencias, desde los juegos que les damos pasando por un informe igualitario. En todo caso, lo justo es que puedan elegir», concluye la directora del Cifex.

En contra: Fernando Lacaci, Vicepresidente da Confederación de Anpas Galegas

«Por riba de todo, respectar a diversidade»

Que representa un uniforme escolar? Como nais e pais, que queremos potenciar nas nosas fillas e fillos? Á persoa, individual e distinta, ou ao grupo homoxéneo e estandarizado? Queremos que as nosas fillas e fillos vaian tomando conciencia de si propios, como parte dunha sociedade plural e diversa onde todas as opcións son respectables? Ou pretendemos favorecer a conciencia de pertencer a grupos exclusivos que se identifican entre si en oposición a outros grupos?

A idade escolar é transcendental na vida, cadra no momento no que cementamos a nosa personalidade e definimos quen somos, e tamén que lugar ocupamos no conxunto; e todas as ferramentas de expresión deben ser utilizadas e permitidas, porque a través de todas elas estamos a dicir como somos e como queremos ser entendidos.

Un uniforme é unha ferramenta de identificación de grupo, e pode ser útil nun equipo ou no exercicio dunha profesión, pero na vida cotiá dificulta a aceptación e a expresión da diversidade, que é a ensinanza máis importante.

A favor: María José Masilla, presidenta de la Confederación Gallega de Ampas (Congapa)

«Es un elemento integrador»

Siempre con el comienzo del curso escolar, los uniformes son tema de debate fundamentalmente por dos motivos: su conveniencia y su coste. Aunque el uniforme forma parte de nuestras vidas y está presente en muchos colectivos, es en el ámbito escolar donde genera mayor controversia, tal vez porque nuestra postura, en ocasiones, está influenciada por experiencias personales, prejuicios o ideologías.

El uniforme es un acto de libre elección personal siempre que las familias puedan ejercer su derecho a elegir el centro educativo que quieren para sus hijos.

Para muchos padres el uniforme facilita el día a día y favorece el ahorro familiar. Haciendo números, las familias concluyen que una vestimenta única, aunque necesites varias prendas, resulta más barata que el modelo de cada día.

Es, además, un elemento integrador, ayuda a que cualquier niño se sienta parte de un grupo, del colegio y no genera desigualdad: evita las comparaciones, las discriminaciones y las presiones sociales entre alumnos, y respeta la diversidad.