Las toallitas higiénicas obligan a limpiar a diario la red de saneamiento gallega

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los atascos en puntos de bombeo y en tuberías suponen una lucha constante

14 sep 2017 . Actualizado a las 14:49 h.

El monstruo que atasca las cloacas en Londres es un viejo conocido de la red de saneamiento gallega. Aunque de menor tamaño, las bolas que se forman por la acumulación de toallitas higiénicas, grasa, jabones y otros deshechos arrojados al inodoro también provocan constantes atascos en los puntos de bombeo y tuberías de numerosas ciudades. Obliga incluso a limpiar a diario las zonas más conflictivas para evitar males mayores, porque frecuentemente estas masas compactas acaban obstruyendo y dañando los sistemas de depuración o provocando el alivio de aguas residuales a los ríos o al mar, con las consecuencias medioambientales que esto implica.

Hasta cinco camiones se emplean diariamente en la limpieza del alcantarillado en Vigo, que cuenta con una de las redes de saneamiento con más kilómetros a supervisar. El mantenimiento también es continuo en A Coruña, lo que no los exime tampoco de tener que dedicar más de cien horas semanales a las urgencias. Y la prevención se ha convertido en la filosofía de trabajo para las empresas que se encargan del servicio municipal.

Viaqua, responsable de las redes de saneamiento de Santiago, Ourense y Pontevedra, explica que los controles se incrementan a estas alturas del año, cuando comienza la época de lluvias, para prevenir que las obstrucciones en los sumideros y alcantarillado deriven en inundaciones.

En la capital gallega, por ejemplo, hay 33 bombeos sujetos a revisiones periódicas y se realiza una limpieza diaria en la estación depuradora de A Silvouta para eliminar las fibras de las toallitas. Los puntos candentes en el municipio ourensano se encuentran en O Couto y el Polvorín. La ciudad del Lérez incide, especialmente, en los siete principales. Y en más de media docena Vilagarcía, que recurre a una empresa con un camión succionador para eliminar los tapones que aparecen prácticamente cada semana.

Del telecontrol al colador

Las nuevas tecnologías se han convertido en un aliado y en muchos casos ya existen dispositivos de telecontrol con alarmas que avisan cuando se produce una obstrucción. Otros, le han echado inventiva y han optado por un sistema más casero, aunque también efectivo. Así, en Arousa se han instalado una especie de coladores que atrapan las toallitas y otros desechos antes de que lleguen al sistema de bombeo.

Toda medida es poca contra el enemigo número uno de la red de saneamiento, un monstruo que se alimenta de las malas costumbres domésticas y de las empresas a la hora de gestionar los residuos. Y, aunque sale caro mantenerlo a raya, «a inversión compensa», repiten los gobiernos locales. Especialmente implicados en esta lucha están los municipios costeros que viven del marisqueo, ya que la contaminación de las playas amenaza al principal recurso económico de numerosas familias. Paradójicamente, muchas de ellas, contribuyen muchas veces a hacer el monstruo más grande.

Campañas escolares e informativas tratan de atacar a la raíz del problema

La lucha contra las toallitas de un solo uso que acaban en el inodoro no se ciñe solo a las ingratas expediciones a las cloacas. Cada vez son más los ayuntamientos y organismos que apuestan por atacar a la raíz del problema con campañas escolares e informativas que persiguen concienciar a los ciudadanos.

«Nos dimos cuenta que la mayoría de los niños no eran conscientes del daño que hacían tirando la toallita o el bastoncillo al retrete», explica Ángeles Domínguez, concejala de Medio Ambiente de O Grove. Unas fotos de lo que se ha ido acumulando en el subsuelo sirvieron como terapia de choque para los alumnos en una campaña que se extendió desde la etapa de primaria hasta secundaria. Y la intención es darle continuidad por segundo año a la iniciativa, porque «creemos que está teniendo un impacto positivo», añade.

Otros ejecutivos locales, como Porto do Son o Vilagarcía, optaron por dar eco a esta situación en campañas informativas para que la población tuviese conocimiento de la magnitud del problema. También numerosas empresas gestoras de saneamientos y organismos, entre ellos la Xunta, se unieron en el último año al manifiesto internacional contra los productos no aptos que van al inodoro para colaborar en la elaboración de estándares para su etiquetado y la sensibilización social.

«Esta situación no es local ni autonómica, es internacional, y la solución tiene que plantearse también a ese nivel», subrayan desde la Consellería de Medio Ambiente.

Fregonas o paraguas acaban también en el alcantarillado y depuradoras

Los operarios que se encargan de la limpieza podrían montar un bazar con lo que se han llegado a encontrar. La lista es tan larga como sorprendente y hay desde fregonas hasta paraguas, pasando por ropa, trapos, papel de cocina, pañales para adultos y bebés, bastoncillos para parar un tren, preservativos, compresas y plásticos de todo tipo y tamaños. Aunque el rey del subsuelo, como coinciden los implicados en su mantenimiento, son las toallitas higiénicas. Su mayor aliado, son los aceites, aunque los retretes son también un coladero para otras soluciones contaminantes: pintura, lejía, jabones y hasta líquidos corrosivos.