El Constitucional francés se pronunció contra los vetos locales a los burkinis

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

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Consideró que los municipios que lo prohibieron cometieron «una violación grave y manifiestamente ilegal de las libertades fundamentales»

07 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El año pasado, el burkini se convirtió en la principal polémica del verano en Francia. Tras varios enfrentamientos entre las autoridades locales y las bañistas musulmanas a lo largo de julio, las ordenanzas municipales para prohibir el burkini se sucedieron en todo el territorio. El controvertido traje de baño dividió el Gobierno socialista de François Hollande. A un lado, su primer ministro, Manuel Valls, a favor de las normas restrictivas, y al otro, varios de sus ministros, en contra. El tribunal Constitucional acabó juzgando que los municipios antiburkini, como Canes, Niza y Marsella, cometieron «una violación grave y manifiestamente ilegal de las libertades fundamentales». La decisión del tribunal no estuvo exenta de controversia, dado que en Francia la laicidad es un tema recurrente en la esfera política y, actualmente, la Administración pública puede negarse a renovar el contrato a una funcionaria si se niega a quitarse el velo.

Un año después, el debate ha vuelto a avivarse con la llegada del verano y los municipios listos para emitir de nuevo ordenanzas para prohibir el burkini. En la ciudad de Lorette, el alcalde Gérard Tardy publicó en junio un veto a «los monokinis, burkinis, velos que oculten parcialmente o totalmente la cara y monos» en los parques acuáticos y piscinas fluviales. Sin embargo la justicia lo anuló y condenó al edil a pagar 2.100 euros. El conservador no se echó atrás y volvió a la carga pocos días después con una nueva prohibición, esta vez tan solo en el agua, aludiendo a razones de seguridad e higiene.

Ambigüedad en Marsella

Marsella también decidió el pasado junio que la vestimenta en las playas «no debe limitar la comodidad en el agua y no constituir un obstáculo en el salvamento», evitando nombrar el burkini para ahorrarse una nueva polémica. Sin embargo, el abogado y expresidente de la Liga de los Derechos Humanos, Michel Tubiana, destacó que «la ordenanza es perfectamente inaplicable e inoperante contra el burkini, ya que no es posible determinar qué es una vestimenta adaptada».