Un ataque de piojos de mar causa una grave hemorragia a un joven australiano

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Atlas

La especie es abundante en las playas gallegas, pero aquí es «totalmente inofensiva»

08 ago 2017 . Actualizado a las 08:41 h.

Sam Kanizay salió del mar cubierto de sangre. Fluía incesantemente por sus dos piernas, aunque cuando estaba en el agua no había advertido nada raro. Corrió a casa, donde su padre lo atendió en un primer momento sin que pudiese cortar la hemorragia. Sangraba poco a poco, pero sin parar, por lo que los médicos que lo intervinieron posteriormente tardaron varias horas en controlar la situación. Tenía miles de pequeños mordiscos del tamaño del pinchazo de un alfiler. Lo que le ocurrió al joven australiano de 16 años en la playa Victoria, en Melbourne, aún sigue siendo un misterio, pero todo apunta a que sufrió el ataque de minúsculos crustáceos isópodos conocidos como piojos de mar. No es la primera vez que se documenta un suceso de este tipo en aguas tropicales, pero nunca hasta ahora había alcanzado una magnitud semejante. «Parecían cientos de agujeros de alfiler o picaduras distribuidas por mis tobillos y mis pies», explicó Sam a una radio local. «Era como una herida de guerra, como un ataque de granadas. Fue realmente sangriento», añadió su padre, Jarrod Kanizay, a la BBC.

JARROD KANIZAY | Efe

Cuando los médicos lo atendieron no supieron explicar lo que había pasado. Fue entonces cuando su padre decidió regresar a la playa para esclarecer lo sucedido. Tiró al mar un trozo de carne envuelto en una red y al poco rato los piojos se lanzaron a devorarla. Juan Junoy, zoólogo marino de la Universidad de Alcalá y uno de los mayores descubridores de gusanos en aguas de Galicia, también cree, al igual que varios expertos australianos, y después de observar las imágenes, que el joven pudo haber sido objeto de un ataque de lo que en Galicia se conocen como carrachos. «No miden más de uno, dos o tres centímetros, pero atacan como pirañas. No lo hace uno solo, sino en forma de enjambre», explica. Advierte, sin embargo, que el hecho de que muerdan a humanos es algo totalmente excepcional. «El chaval -dice- debía tener alguna herida, porque solo comen peces o animales muertos en descomposición».

Es lo que los piojos marinos suelen hacer en las playas de Galicia, donde su presencia es habitual sin que hayan causado ningún problema. Son, de hecho, una especie carroñera que tiene, en cierto modo, una labor importante en la limpieza de los organismos en descomposición que se encuentran en los arenales.

«Es inofensiva en Galicia»

«Es una especie muy abundante en las playas de Galicia, pero totalmente inofensiva para nosotros. No tienen ningún peligro», advierte Junoy. Este tipo de minúsculos crustáceos de las familias Cymothoidae o Cyrolamidae, parasitarios de peces y cuya presencia también es muy común en las costas europeas, miden apenas unos milímetros, por lo que no suponen ningún riesgo. En Australia, en cambio, son de mayor tamaño, por lo que sí pueden tener la capacidad de realizar pequeñas mordidas a los bañistas, aunque de forma muy excepcional. 

Jeff Weir, biólogo del Instituto de Investigación de Delfines en Hastings, también es lo que cree que el suceso ocurrido en Australia se debió a los piojos de mar, aunque precisa que hasta ahora nunca habían provocado hemorragias de este tipo. Alistair Poore, investigador de la Universidad de Nueva Gales, del Sur, también explicó al diario The Guardian que lo ocurrido fue un ataque masivo de crustáceos isópodos.

Pero no todos los expertos están de acuerdo. Hay quien cree que el ataque pudo proceder de larvas de medusa o de pulgas de mar. Sería, también, algo absolutamente excepcional. Todos, en cambio, coinciden en un punto: no hay razón para la alarma.