«Está mejor visto el toples que sacar un pecho para dar de comer a un hijo»

mateo casal / r. r. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN CARLOS GIL

Aumentan el número de mujeres que optan por la lactancia materna en España

05 ago 2017 . Actualizado a las 19:06 h.

«O meu neno segue tomando a teta. E ten catro anos». Una madre de Santiago hace el comentario como algo normal. De hecho, la lactancia materna va en aumento en España. Y no solo hay cada vez más mujeres que deciden dar el pecho a sus hijos, también las que se apuntan lo hacen durante más tiempo. Según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el 28,5 % de las madres españolas alimentan a sus bebés hasta los seis meses únicamente con su leche. Aunque no existen datos por comunidades, la Revista Española de Salud Pública realizó un estudio en centros de salud de Vigo en el que constata que este porcentaje se eleva hasta el 50 % y además una de cada cuatro madres continúan con esta práctica cuando sus hijos han cumplido los dos años.

Las asociaciones gallegas de lactancia observan la tendencia como algo natural porque forma parte del ciclo vital. Dicen que es una forma de relacionarse con el recién nacido y estrechar los vínculos. Almudena Giráldez, de la asociación de lactancia Teta e Coliño de Vigo continúa dando el pecho a su hija de 3 años: «Para mí esa conexión es lo mejor. No hay nada que lo supere en la vida. Es como si no se cortara el cordón umbilical». Cuenta que existe un «grandísimo» entendimiento entre ambas. De no ser así, al tratarse de una niña ya mayor, perdería totalmente el sentido: «Es una relajación para ella. Cuando está nerviosa o necesita cariño». Y añade con énfasis: «No es solo un aporte nutricional. Sino que alimenta el alma».

La tendencia sorprende a una parte de la población, que le cuesta entender que alguien pueda continuar dando el pecho a un niño que va a la escuela. Y no es la primera vez que Almudena escucha comentarios que no le gustan. «Una vez vinieron a junto de mi hija y le dijeron a ella directamente: '¡Eso ya es vicio, tú eres muy mayor!'», cuenta indignada. Y afirma que recibió reproches por enseñar algo de carne: «Está mejor visto el toples que sacar un pecho para dar de comer a un hijo». 

En la escuela

Este aumento de la lactancia no viene solo. Cada vez son más los colegios que ofrecen facilidades a las madres para que sus hijos puedan recibir leche en horario escolar. Beatriz Ferreira, vinculada a la asociación Criando, de A Coruña, es profesora en la escuela infantil A Caracola. «Dejamos entrar a las madres para que amamanten a sus hijos. Si trabajan cerca pueden venir un momento», explica. Las otras opciones que tienen son dejar diariamente la leche o incluso congelarla y que quede allí almacenada durante más tiempo. Y así hasta el primer año de vida, más o menos.

Para Almudena Giraldez la clave es que la sociedad está más informada y, por tanto, se están derribando los falsos mitos. «Antiguamente se decía que a los seis meses salía agua y no leche; y las madres paraban de amamantar. Ahora las mujeres tienen más confianza en ellas mismas», explica. La mayor información hace que cada vez sean más las mujeres que acuden a estas asociaciones, incluso durante el embarazo.

Concha López, de la asociación Mamoa de Santiago, cree que una de las claves reside en la conciliación laboral. «Antes se creía que no era compatible con el trabajo, pero ahora la gente sí que es consciente. Lo primero es dar de mamar a tu bebé, no ir al súper», dice Concha. Para ella, incluso se debería de hacer en el trabajo con total naturalidad.

Beatriz Ferreira atribuye este aumento a que cada vez hay más matronas y pediatras involucrados en el tema.

Para estas mujeres el vínculo materno-filial es fundamental. Alicia, madre que no quiere desvelar su verdadero nombre para proteger a su hijo, evidencia esa conexión. Su experiencia no fue fácil. Tras dar a luz, permaneció un mes en el hospital. Durante ese tiempo su hijo no mamaba. Por eso, cuando salió del hospital le costó acostumbrar al niño, pero lo logró. «Cando vin que ao primeiro non podía darllo foi moi frustrante. Resultoume moi doloso que me privase de facer algo ao que lle tiña moita ilusión», afirma la madre. Al encontrarse con esa disyuntiva, acudió a la asociación de lactancia Mamoa,en Santiago, dónde le brindaron apoyo. Actualmente su hijo tiene cuatro años. Aún sigue tomando leche materna. Pese a su avanzada edad, no se plantea obligar a su hijo a dejar esta forma de alimentación. «Que o deixe cando queira. Chegará un día e terei que afrontalo con naturalidade. Ninguén quere un bebé toda a vida», afirma.