El Vaticano juzga a dos exdirectivos de un hospital por desviar fondos para el ático del cardenal Bertone

La Voz VATICANO / AFP

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Bertone IVAN ALVARADO

El exsecretario de Estado fue relegado de su cargo por el papa en el 2013. Siempre ha asegurado que pagó la renovación de su apartamento de su propio bolsillo

14 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La justicia del Vaticano anunció que abrirá un juicio contra dos importantes exdirigentes del hospital infantil de la Santa Sede en Roma, Bambino Gesu, por desviar fondos para la renovación del lujoso apartamento del cardenal Tarcisio Bertone, cuando este era secretario de Estado.

El expresidente del hospital, Giuseppe Profiti, y el extesorero, Massimo Spina, como informaron ayer en un comunicado fuentes vaticanas, deberán comparecer el martes ante los tribunales vaticanos acusados de «malversación de fondos de la Fundación Niño Jesús», la organización católica que recibe donaciones para el mayor hospital romano especializado en medicina infantil.

Según el fiscal vaticano, «fueron abonados con fines completamente extrainstitucionales 422.005,16 euros, que fueron utilizados para efectuar obras de reestructuración en un inmueble propiedad del Gobernatorado, destinado a la residencia del Secretario de Estado emérito, para beneficiar a la empresa de Gianantonio Bandera. Delito cometido en la Ciudad del Vaticano, entre noviembre del 2013 y el 28 de mayo del 2014», sostiene el comunicado.

El apartamento de Bertone, de unos 300 metros cuadrados, se encuentra cerca de Santa Marta, donde reside con más modestia el papa Francisco, quien rechazó vivir en los opulentos apartamentos papales del Palacio Apostólico. La nota no precisa si el controvertido cardenal Bertone deberá comparecer ante la justicia vaticana.

El cardenal fue relegado de su cargo por el papa argentino en el 2013, poco después de que este último fuera elegido como pontífice en marzo de ese año.

El escándalo estalló tras la publicación del libro del periodista Emiliano Fittipaldi, quien acusó a Bertone de utilizar dinero de la beneficencia para la renovación de su lujoso apartamento personal. Este influyente exsecretario de Estado ha dicho varias veces que él mismo había pagado unos 300.000 euros, de su propio bolsillo, para la renovación e inclusive donó en el 2015 unos 150.000 euros a la fundación católica que supuestamente había pagado las obras.