Buscando la foto de su vida a los sesenta

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

EDUARDO PEREZ

Jubilados gallegos pasan largas horas a la intemperie practicando una afición casi extinta: la fotografía naval

04 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los miembros del comando Pata Negra pocas veces pasan por casa, sobre todo en días oscuros y de temporal. Cuando lo hacen, en ocasiones calados hasta los huesos -y eso que llevan años sin pillar un resfriado-, suelen dedicar parte del tiempo a menesteres de edición de fotografía, a actualizar la página de Facebook en la que comparten su pasión o incluso alguno ejerce su papel de youtuber. No se trata de veinteañeros que arriesgan su vida por el mejor selfie, aunque la imagen de un joven jugándose el cuello por encontrar un buen ángulo es una constante en sus días. Son jubilados que reivindican no solo su papel en la sociedad, sino también la sabiduría y el conocimiento que aporta su gran pasión: la fotografía naval. «Podríamos estar viendo las obras en la calle, pero preferimos levantarnos a las cinco de la mañana y recorrer la costa gallega para conseguir la mejor foto».

Todo comenzó, explica Josema Ojén, «hace varios años, cuando empezamos a coincidir en distintos sitios haciendo fotos, así que nos hicimos amigos y creamos el grupo de Facebook de Fotógrafos Navales del Golfo Ártabro, nuestra zona de acción, donde subimos todas nuestras imágenes». Este guardia civil en la reserva lo cuenta acompañado de sus colegas de batalla, José Daniel Díaz y José Ramón Montero, en uno de sus puntos habituales de reunión, el Parrote coruñés, donde con frecuencia esperan la llegada de trasatlánticos que hacen parada en la ciudad. En este caso era el Britannia el que atracaba. «Estos barcos tipo hotel no son nuestros favoritos, nosotros preferimos los de líneas clásicas; y no por una cuestión de que seamos viejos, sino por criterio estético», comenta Ojén entre risas.

Mejor un día de temporal

Tampoco están demasiado contentos con el soleado día con el que amaneció la ciudad herculina, como mantuvieron durante toda la conversación estos camaradas. Díaz y Montero, marines mercantes retirados, no cumplen ese manido dicho de que en casa de herrero, cuchillo de palo, y es ante un día de perros cuando realmente disfrutan detrás de la cámara. «Tú vas un día de temporal a Punta Herminia y con esas olas de cuatro o cinco metros te queda una foto espectacular. Es que no nos interesa tanto una escena artística sino buscar lo novedoso, la noticia». Y para eso hay que echar muchas, muchas horas.

«Me da rabia cuando la gente dice: '¡Qué suerte tuviste!' No se dan cuenta de que para hacer la foto de la que guardo un mejor recuerdo, una sacada en el Seixo Branco en la que una ola rompía y dejaba justo en medio una imagen espectacular de la Torre de Hércules, tuve que disparar antes un millón de veces. Pero es normal, solo se consigue una buena foto estando en el sitio», afirma Ojén. Para ello, relata Montero, a diario consultan apps como Marine Traffic, en las que pueden ver «las siluetas de los barcos de la zona con distintos colores y según el color sabes el tipo de barco que es. También te indican el destino, la velocidad...».

En una de las veinte horas semanales que, calculan, están buscando la imagen de sus vidas, Montero, el youtuber de estos «pata negra» -aunque sus amigos, más analógicos, prefieren llamarle Spielberg- captó la salida de A Coruña del crucero Ms Balmoral ante un oleaje que podía alcanzar los ocho metros. Las imágenes captando el momento de la partida fueron solicitadas por el diario británico Daily Mail al día siguiente, una vez las vieron colgadas en el Facebook de estos cazadores de barcos del Golfo Ártabro.

Amarrados a sus equipos fotográficos, alguno de ellos valorado en alrededor de 2.000 euros, recorren la costa gallega a diario. Sin embargo, «las pensiones no dan» para que estos jubilados cumplan su sueño: visitar la réplica del Titanic que se está construyendo en China. Mientras tanto, la imaginación vuela raso pero no con menos ambición. «Vamos a ponernos en contacto con APAs de colegios para contarles a los niños lo que hacemos, muchos no siguen la tradición de la fotografía naval por desconocimiento». Mientras lo explicaban, un viandante se acercó para informarles de que el crucero que tenían delante, el Britannia, es el más grande del mundo. Ellos no confesaron su afición y, discretos, solo rieron.