El creador de «la ballena azul» confiesa que su objetivo es el de «limpiar la sociedad de gente sin valor»

La Voz

SOCIEDAD

ed carosia

El inventor del reto es de origen ruso, tiene 21 años y es estudiante de psicología

07 dic 2017 . Actualizado a las 17:57 h.

Se ha convertido en un verdadero problema en los institutos de medio mundo. La ballena azul, un reto que consta de cincuenta macabras pruebas (entre las que se encuentra autolesionarse, pasar varios días sin dormir o incluso el suicidio) que el adolescente debe ir cumpliendo a medida que pasa el tiempo, se está extendiendo por todo el mundo a un ritmo vertiginoso. En España se han encontrado varios casos y este mismo viernes una joven de Barcelona recibía el alta después de permanecer más de dos semanas ingresada en un hospital para recuperarse de las heridas que le provocó el juego.

Pero, ¿quién fue el primero? ¿Cómo se originó este terrible juego? Según algunos medios rusos, el creador del reto es un joven estudiante de psicología de 21 años llamado Philipp Budeikin. Expulsado de la universidad por su extraña forma de pensar, Budeikin fue detenido ya en noviembre del 2016 por su relación con el macabro juego. Justo antes de que la policía le diera caza, este aspirante a psicólogo concedió una polémica entrevista a Saint-Petesburg.ru en la que revela algunas de las motivaciones que le llevaron a idear tamaña barbaridad: «El objetivo del juego es limpiar la sociedad de gente y residuos biodegradables que no tienen ningún valor».

A lo largo de la entrevista, Budeikin no da ninguna muestra de arrepentimiento tras haber creado una tendencia que no tiene ningún tipo de sentido. Desmiente en más de una ocasión que 130 personas se hayan suicidado por el reto y solo reconoce su influencia directa en 17 casos, de los que no se arrepiente nada en absoluto: «Murieron felices, porque la ballena azul les dio lo que no tienen en la vida real: calidez, comprensión y comunicación».

Según las palabras del creador, el juego de la ballena azul comenzó en el año 2013 con la idea de seleccionar a las víctimas que acabarían suicidándose. Entre las listas se encontraban maltratadores de animales, jóvenes que mostraban gusto por el satanismo y otra gente con problemas de depresión o procedentes de familias desestructuradas. La selección de las víctimas es realmente llamativa, ya que el propio Budeikin confesó en una entrevista que él mismo sufre un trastorno bipolar por una infancia en la que sufrió malos tratos.