El Gobierno mantendrá hibernado el almacén de gas para evitar seísmos

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La zona de los seísmos
Ayerra

Estudios del MIT y Harvard confirman que la planta causó los microterremotos

01 nov 2019 . Actualizado a las 13:17 h.

La mayor infraestructura prevista en España para inyectar y almacenar gas natural a 1.750 metros de profundidad frente a las costas de Castellón seguirá parada, probablemente a perpetuidad. La suya es la crónica de un fin anunciado después de que en septiembre del 2013 se paralizase la actividad tras la detección de más de 600 microseísmos en la zona y de que en octubre del 2014 el Gobierno decretase de forma oficial la hibernación de las instalaciones, tras los informes del Instituto Geológico Minero (Igme) y del Instituto Geográfico Nacional en los que se determinaba la relación existente entre los movimientos subterráneos con la inyección de gas. Esto último suponía la cancelación del proyecto y la indemnización con 1.350 millones de euros a la empresa Escal, participada en un 67 % por ACS, de Florentino Pérez, y en un 33 % por la canadiense CPL, que en julio del 2014 había presentado la renuncia a la concesión de la explotación. Una cantidad que en buena parte pagarán los ciudadanos durante treinta años a través de la factura del gas. Quedaba, sin embargo, una última esperanza para sortear lo inevitable: los estudios encargados por el Ministerio de Industria al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y a la Universidad de Harvard.

Pero el análisis, realizado durante 18 meses, ha confirmado lo esperado: que la plataforma Castor debe mantenerse hibernada, ya que un reinicio de la actividad de inyección de gas aumentaría de nuevo la actividad sísmica, lo que podría generar terremotos «incluso mayores», de una magnitud de hasta 6,8. En la práctica, es la certificación definitiva de la defunción del proyecto Castor. El coordinador del estudio encargado al MIT es el ingeniero de Caminos de A Coruña Rubén Juanes, investigador en el laboratorio de Infraestructura Científica e Ingeniería del MIT.

«Más probabilidades»

«Puede haber más probabilidad de un terremoto en el futuro en la zona tras las operaciones de Castor, de una magnitud de hasta 6,8», advierte Juanes. El informe también concluye que, con los estudios estándar que la legislación del momento exigía, no era posible determinar que la inyección de gas provocaría seísmos.

«Evidentemente, hay una relación entre la plataforma Castor y los terremotos. Se hizo bien cortando de raíz la inyección de gas y parando el uso de la instalación», apostilló el ministro de Energía, Álvaro Nadal. Destacó también que la nueva investigación confirma que la decisión del Gobierno de paralizar la actividad en septiembre del 2013 fue la acertada. El Ejecutivo estudiará ahora qué hacer finalmente con la infraestructura.

Falla Amposta

La localización de los microterremotos coincide con la zona de la falla Amposta y con varias ramificaciones de la misma, que fueron sometidas a un elevado estrés tras la inyección de gas.

El informe, que ha costado 600.000 euros, ha analizado las fallas de la región para determinar cuáles son geológicamente activas. Los autores elaboraron un modelo tridimensional que muestra las estructuras geológicas de la zona y analiza las presiones que han ejercido sobre ellas tanto la inyección de gas en el almacén en el año 2013 como las labores petrolíferas realizadas en los 70 y 80.