La tapa diseñada por madre e hijo que tumba barreras sociales

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

SOCIEDAD

AMENCER

Hugo Rodríguez Del Río, de 4 años y con parálisis cerebral, triunfa en el concurso de cocina de Aspace

21 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una tapa puede servir para mucho más que para saciar el hambre junto a una caña. Es lo que pensó la Federación Gallega de Asociaciones de Atención a Personas con Parálisis Cerebral y/o Patologías Afines (Aspace-Galicia) al convocar un concurso gastronómico. La edición de este año tiene ganadores desde octubre, pero el resultado en forma de tosta se puede degustar desde hoy y hasta el 30 de abril en un restaurante de Pontevedra. Ese bocado, que tiene un coste de 2,5 euros, tiene un fin solidario. Y es que 1 euro de cada tapa se destinará a la adquisición de material adaptado para usuarios de Aspace.

Hugo Rodríguez del Río, un niño de 4 años con parálisis cerebral, y su madre, Carmen Del Río, consiguieron que su tapa, denominada Tosta ENM, fuera la más valorada por el jurado. A Hugo, que cumplirá 5 años en agosto y estudia en el CEIP A Laxe, de Marín, le gusta la cocina. Quizá tenga mucho que ver que su madre trabaje como pinche de cocina en la Escuela Naval Militar. «Llevamos un año en la asociación Amencer de Pontevedra y nos animamos a participar para que la gente sepa que los niños y los adultos con parálisis cerebral saben hacer cosas y disfrutan un montón», comenta Carmen.

ASPACE

La receta que trasladó al Restaurante Román de Pontevedra incluye setas, langostinos, huevo, jamón serrano, calabacín y una salsa de castaña. Hugo, relata su madre, fue el «protagonista total» del plato elegido por el jurado como el mejor de los 22 que compitieron. «Era el más pequeñito y no se metía en el fuego, pero tuvo una participación muy activa, batía los huevos, añadía las setas...», recuerda Carmen. Para este tándem culinario haber ganado el concurso fue una sorpresa.

«No me lo esperaba. Al principio no sabía el nivel de la gente. Nuestro emplatado estaba cuidado, pero no probé las otras tapas», señala Carmen. A la hora de bautizar su tosta lo tuvieron claro. Viven en Marín, ella trabaja en la Escuela Naval Militar y allí se desarrolló una de las eliminatorias del concurso: «Yo no era cocinera hasta que llegué a la Escuela Naval, donde llevo cinco años trabajando». Madre e hijo tienen claro que antes del 30 de abril se pasarán por el Restaurante Román para testar la tapa que ellos diseñaron. «Iremos a probarla, claro. La receta es igual, pero encontrar la crema de castaña es difícil». Esperan que muchos se animen a degustarla.