«No me lo esperaba. Al principio no sabía el nivel de la gente. Nuestro emplatado estaba cuidado, pero no probé las otras tapas», señala Carmen. A la hora de bautizar su tosta lo tuvieron claro. Viven en Marín, ella trabaja en la Escuela Naval Militar y allí se desarrolló una de las eliminatorias del concurso: «Yo no era cocinera hasta que llegué a la Escuela Naval, donde llevo cinco años trabajando». Madre e hijo tienen claro que antes del 30 de abril se pasarán por el Restaurante Román para testar la tapa que ellos diseñaron. «Iremos a probarla, claro. La receta es igual, pero encontrar la crema de castaña es difícil». Esperan que muchos se animen a degustarla.